tag:blogger.com,1999:blog-47645475837718007552024-03-13T21:40:06.360-07:00FuturOmegaBALAS, DROG4S, $4NGRE, POLVO, Y TONELAD4S DE CABL3S.
UN FUTURO BAÑADO 3N CROMO Y VIV1DO TR4S PI3LE$ ART1FICIAL3S.Miguel B.http://www.blogger.com/profile/05024519619424504106noreply@blogger.comBlogger15125tag:blogger.com,1999:blog-4764547583771800755.post-35617094642272747042013-04-04T17:50:00.000-07:002013-04-04T17:52:04.392-07:00Buenas nuevas<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Buenas
lectores.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Tras una
larga pausa en la que proyectos tanto profesionales como personales me han
tenido ocupado, puedo al fin arrojar cierta luz sobre <a href="http://futuromega.blogspot.com.es/" target="_blank">FuturOmega</a>. Algo que no
puede ser más oportuno ya que es preciso que aclare un par de cosas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Ayer se publicó una entrada en el
conocido blog de <a href="http://howtoarsenio.blogspot.com.es/" target="_blank">How To Arsenio Lupín</a> (el cual, recomiendo) en la que se
hablaba de <a href="http://futuromega.blogspot.com.es/" target="_blank">FuturOmega</a> y en la que alguien, haciéndose pasar por mí, había
facilitado un archivo con la recopilación de todas las entradas del blog. Decir
por adelantado que la gente de <a href="http://howtoarsenio.blogspot.com.es/" target="_blank">How To Arsenio Lupín</a> ha sabido llevar el asunto
con mucha profesionalidad y tacto. Desde aquí les doy las gracias y todo mi
apoyo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Ligeramente dolido por esa
siniestra situación de la suplantación, no ya porque alguien se haga pasar un
mí, que sin duda es una falta de respeto, sino por el hecho de que se presente
un documento en mi nombre "acreditando" que la obra está acabada. Lo
he comentado en alguna ocasión y lo vuelvo a repetir: FuturOmega no está
terminado, es una obra a la que le tengo bastante cariño y a la que me gustaría
poder darle no solo un buen final (otro más allá del que ya sabéis), sino
otorgarle una detallada revisión a cada capítulo que podría hacer que la
historia bien pareciese otra.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 14.2pt;">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Lo que me lleva a anunciar lo que
ya se venía gestando desde hace unos meses. Estoy preparando una edición
DEFINITIVA en la que además de aparecer la historia revisada y mucho más
completa, ésta irá acompañada de una serie de ilustraciones de hasta el
momento, tres artistas diferentes. La razón por la que finalmente serán varios
artistas los que den imagen a FuturOmega es por la diversidad de estilos que
esto puede traer consigo. Como sé que soy lento y tedioso como una maquina
oxidada no puedo irme sin prometer algo más de azúcar con lo que endulzar el
pastel. Así que dicha edición, que tras varias peticiones bastante acertadas
(hace unas horas la última sin ir más lejos) estará disponible en varios
formatos para distintos soportes, llevará alguna que otra sorpresilla adicional
(más de una desde luego). Por supuesto será gratuita y estará accesible a todo
el mundo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white; font-size: 13.0pt; line-height: 115%;">A estas
alturas ya no puedo evitar que todos aquellos que se descargaron el dichoso
archivo lo lean. Pero al menos puedo decir en mi defensa que eso no me hace
justicia y que es una lástima que a las puertas de tener algo mucho más
profesional, mucha gente vaya a quedarse con la idea de una edición beta.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Solo queda
agradecer una vez más la sinceridad de las opiniones y las críticas que la
buena gente siempre sabe hacer y gracias a las cuales voy avanzando poco a
poco. Si alguien tiene alguna sugerencia que sepa que siempre es bienvenida.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="color: white;">Un saludΩ</span><o:p></o:p></span></div>
<br />
<br />
<br />Miguel B.http://www.blogger.com/profile/05024519619424504106noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-4764547583771800755.post-2730878178856119202013-02-10T18:02:00.001-08:002013-02-10T18:03:36.592-08:00Capítulo 12: Preludio Inc<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">A lo largo de los últimos años Lenka había entrado
a formar parte de un clan. Uno de los miles de grupos nómadas que iban de
ciudad en ciudad, por las carreteras y autovías muertas, cruzando cientos de
desiertos yermos. Durante esos años, la joven había aprendido por primera vez
lo que era tener una familia, una familia de verdad. Si ahora Tuerca moría
sería como si perdiese a un hermano. Y sería por su culpa, por haberlo
convencido, por haberlo manipulado para escabullirse y adentrarse en aquella
ciudad maldita, aquella ciudad que cobraba un alto precio por los errores. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Todo había sido una locura en la que se había
encadenado un error tras otro hasta formar aquella catástrofe. Cuanto más lo
pensaba más claro tenía que nada podría haber salido peor. No obstante, le era
inevitable caer en la cuenta de que después de todo, había conseguido encontrar
a su amigo. ¿Cuántas probabilidades había de que eso pasase? Ese hecho era lo
que le daba fuerzas para ser optimista, para tener una mínima esperanza de que
el mecánico pudiese sobrevivir. Misticismo quizá; una vana esperanza que la
destrozaba por dentro.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Hacía tan solo unos días había estado durmiendo
bajo el contaminado cielo nocturno, rodeada de la inmensidad de un desierto
muerto y a la espera de una torrencial lluvia acida, con un lejano horizonte
allá a donde mirase; ahora se encontraba en un almacén húmedo y mugriento,
rodeada de extraños y sin capacidad para asistir a su malherido amigo. Tenía
dos disparos de bala en el estómago, estaba tan pálido que parecía como si
hubiera muerto hacía horas, pero no era así, aún respiraba, aunque no sabía por
cuánto tiempo. Si hubiera tenido dinero hubiera podido mandar a todos aquellos
imbéciles a la mierda y haber llevado a su amigo a un hospital, pero no tenía
más que unos pocos eurodólares. De hecho hubiera ido a un hospital de todas
formas y hubiera obligado a alguien a que les atendiese a cambio de no volarle
la cabeza pero aquel tipo grande de la coleta le había dejado clara una cosa:
no tenía ninguna posibilidad. Y tenía razón, no conocía la ciudad y apenas
podía cargar con su amigo, por no hablar de la seguridad de los hospitales, los
cuales siempre contaban con varios pelotones de mercenarios o policías
corporativos de empresas farmacéuticas. Ni siquiera le habían dejado llamar a
su clan, no hasta que no llegase la ayuda. Solo podía limitarse a seguir las
instrucciones de aquel enorme guardaespaldas y esperar a que llegase quien
tuviera que llegar. No contaba con que llegase a tiempo, y aunque lo hiciera,
¿por qué iba alguien a molestarse por un tirado de la carretera, un paria, un
nómada? Era por eso que los clanes funcionaban como familias, porque nadie los
quería. Allí a donde fueran solo se tenían los unos a los otros. Allí era una
extraña y se encontraba muy cansada.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Tuerca pareció atragantarse y abrió los ojos de
golpe mientas escupía sangre que se le resbalaba por el cuello. Su piel estaba
tan pálida como el mármol y toda su ropa estaba mojada por la espesa sangre que
salía de su vientre. La sangre era lo peor, no había forma de parar la hemorragia,
lo que convertía aquella escena en una lucha desesperada por la supervivencia.
Lenka no podía hacer nada salvo apretar la herida con su chaqueta. Todo estaba
lleno de sangre pero en la cara de Lenka tan solo circulaban caminos de
lágrimas. Lágrimas de rabia y odio, de miedo y frustración.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">–Lenka… –Dijo el moribundo en un susurro tan débil
que apenas pudo oírse por encima de los pasos de las ratas que circulaban por
las sombras.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Supo entonces que no había ninguna posibilidad.
Agarró la mano de su amigo y lo miró a los ojos. Estaría con él hasta el final.<o:p></o:p></span><br />
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: center; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">***<o:p></o:p></span><br />
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Aquella noche estaba resultando ser de lo más
espectacular. Salvo por la maldita entrevista de aquella reportera entrometida
y por la posibilidad de que Repulsión Plástica estuviese muerto, todos los
acontecimientos que se habían sucedido desde el comienzo del concierto le
habían proporcionado un chute de adrenalina tan grande que dudaba que fuese a
necesitar <i>sintecoca</i> en lo que le
quedaba de vida.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Obviamente estaba exagerando, le encantaba
exagerar. Por supuesto que volvería a meterse de ese polvo azulado y por
supuesto que aquello no podía ser tan espectacular.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">«Pero es que los instantes están para disfrutarlos,
y al exagerarlos se disfrutan mucho más.» Meditó. Así es como lo veía Discordia
Sintética y estaba convencido de que nadie jamás le haría cambiar de opinión.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Se sentó sobre una caja y se desabrochó el chaleco.
Examinó bajo la tenue luz su delgado torso repleto de tatuajes hasta que dio
con lo que buscaba. Una oleada de dolor lo sacudió cuando encontró los
hematomas que había en su abdomen.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">–Te dije que me habían dado –dijo más para sí mismo
que para nadie en especial.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Algunas balas perdidas habían conseguido darle. La
suerte de que llevase el chaleco de kevlar no se debía a una cuestión de seguridad,
sino estética. Solía llevar siempre un chaleco fino como aquel, de color negro,
con algunos detalles luminiscentes. Se sentía tranquilo pero pensó en todo
aquello durante unos segundos: las balas podrían haberle dado en los brazos, en
las piernas, en el cuello, en la cabeza o aun peor, en la entrepierna, pero no,
habían impactado justo en el lugar donde si la bala era ligeramente
amortiguada, podría salir prácticamente ileso.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">El fan muerto, el chaleco… casi parecía un chiste
de mal gusto. Pero no le apetecía reírse, ni llorar ni nada, simplemente le
daba igual. Pensar en toda esa mierda no era lo que él quería, él quería
comerse el mundo. Justo cuando comenzaba a esbozar una sonrisa, los gemidos del
amigo de la pelirroja reverberaron en todo el almacén. Sintió entonces un
regusto amargo en la boca.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">–No puedes hacer nada por él, ya es un cadáver –le
dijo desde lo alto de la caja.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">–¡Cállate! –la chica se volvió con los ojos
llorosos pero cargados de resentimiento–. Cállate o te vuelo la puta cabeza.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">–Vale, vale… –se apresuró a decir el cantante
mientras levantaba las manos y la chica se volvía, apresurada por atender a su
amigo agonizante–. Y yo que solo quería ayudar… –Sus propias palabras le
arrancaron una sonrisa de satisfacción pero cuando sus ojos se cruzaron con los
de la otra chica, la japonesa, la sonrisa pronto se esfumó. Tenía la expresión
que debía tener el hierro si tuviera cara<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">«A esta no le gusto mucho me parece –pensó esta vez
para sí–. En fin, gente sin sentido del humor y sin capacidad para reconocer el
talento los hay en todos lados, sobre todo en este puto almacén. –continuó
pensando mientras abría una de las cajas que tenía a su derecha.» En su
interior había unas cajas más pequeñas, alargadas y de colores. Leyó: “<i>Jeringuillas espíritu ciborg. Inyéctatelo tú
mismo</i>.” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Rozó su oreja con el dedo y comenzó a sonar <i>Puta mierda</i>, compuesto por los <i>Industria Caníbal</i> hacía diez años y
reinterpretado por <i>Psycholedic-Discordia</i>
hacía apenas uno. Siempre le había gustado ese tema y se empeñó en que una
nueva versión podría incluso mejorarlo, como al final acabaron demostrando los
índices de audiencia. Discordia recordó entonces que el antiguo batería,
Psycholedic meat, se opuso desde un principio. Casi se alegraba de que hubiese
muerto. Al drogadicto batería nunca le gustaron las letras en español pero a él
sí, le gustaba cantar en ese idioma. Era casi la única cosa no sangrienta que
había aprendido en su niñez. Miró al actual batería del grupo, durmiendo entre
dos cajas agarrado a sus piernas. Castigo Corporal no daba tantos problemas,
aunque no era tan bueno como lo había sido Psycholedic, eso estaba claro. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Mientras movía la cabeza al ritmo del estribillo,
que él mismo había arreglado hacía apenas unos meses, sacó una de aquellas
pequeñas cajas de colores y se la guardó en el bolsillo de su chaleco, donde
encontró, junto a una pequeña dosis de <i>sitecoca</i>,
una tarjeta. Con el ceño fruncido se apartó las rastas de la cara y la sostuvo
ante él. Había poca iluminación pero las gafas que llevaba se encargaron de que
no supusiese un problema.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Era la tarjeta de un local del distrito seis, <i>La Serpiente</i>, un bar de snobs y
excéntricos al que él jamás había ido. No le llamaron la atención ni las letras
estilizadas, ni el dibujo de una serpiente cuyos ojos cambiaban de color, pero
al darle la vuelta encontró algo que sí captó su atención. En la parte de atrás
había escrito un pequeño mensaje: <i>Esta
noche Degeneratión Planet va a intentar matarte. <o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Al leer aquellas palabras sintió como si una sierra
le rebanara el cuello, como si se rompieran cientos de focos a su alrededor y
la oscuridad esperase pacientemente para engullirlo. Instintivamente desvió la
vista hacia Jacob y este lo miró con su habitual expresión de cabreo. Él le
sonrió y comenzó a mover la cabeza como si estuviera prestando atención a la
canción en vez de al sudor frio que resbalaba por su espalda. ¿Era posible que
su propia discográfica quisiera matarlo? «Si esto es cierto las cosas se pondrían
poner verdaderamente difíciles», pensó mientras volvía a leer el mensaje. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Morir no era algo que estuviese entre sus planes.
Intentó calmarse y analizó la situación. Era común que la gente disparase a los
artistas, ya fuese porque odiaran su música, porque se sintieran decepcionados,
porque los envidiaran, por motivos políticos o religiosos o simplemente porque
se les hubiera ocurrido esa mañana. No tenía por qué haber un motivo para lo de
esa noche, además de que no tenía sentido ya que le estaba haciendo ganar miles
de eurodolares a la compañía. ¿Si querían matarlo por qué no lo hacían ya? Se
rio de sí mismo por hacer caso de unas pequeñas palabras escritas sobre
plástico y procuró calmarse, recuperar la satisfacción que le proporcionaba
vivir en su mundo pequeño mundo. Todo estaba controlado, su talento estaba a
salvo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Pero una pequeña llama quedó en el interior del
cantante y prendió la mecha de la duda. Una duda que le hizo preguntarse
secretamente quién podría haber puesto esa tarjeta en su chaleco y con qué fin.
De pronto le vino una cara bonita a la mente ya que solo se había quitado el
chaleco en una ocasión en toda la noche: para contestar a unas incomodas
preguntas. Quizá en esta ocasión las preguntas tendría que hacerlas él.<o:p></o:p></span><br />
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: center; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">***<o:p></o:p></span><br />
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Se levantó y vagó por el almacén. Pudo sentir los
ojos del tal Jacob clavados en ella. Aquel tipo enorme aún se tenía en pie e
incluso parecía estar recuperándose. Observó su traje ensangrentado entallado
en aquel cuerpo descomunal y su mirada impasible. Era una bestia, un asesino,
un perro. Samishii lo sabía porque conocía muy bien a esa clase de tipos,
mercenarios al servicio de una u otras siglas. No les tenía el más mínimo
aprecio y no se molestó en disimularlo. No obstante debían andarse con cuidado
porque aquel tipo no parecía ser de los que tuvieran mucha paciencia y los
nanorobots que con toda seguridad recorrían su cuerpo estaban reparando el
tejido perforado y desinfectándolo. Tardaría por lo menos una semana en
recuperarse de tantos balazos, además de que necesitaría un cirujano para que
extrajera las balas pero por el momento aquella nanotecnología le permitía
seguir cumpliendo con su deber.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Alejó el temor de su mente pero no pudo evitar
sentirse asqueada. La nanotecnología permanente aplicada en la biomedicina
valía una fortuna que muy pocos podían permitirse, pero otorgaba una inmunidad
muy superior a la del resto de los mortales e incluso alargaba la vida. Era ese
el motivo por el que nunca faltaban candidatos a suplir las numerosas bajas de
los mercenarios de las grandes corporaciones. Ellos les otorgaban sus servicios
por la sencilla razón de que sabían que la empresa le proporcionaría un equipo
que jamás podrían tener de ir por su cuenta. Samishii sabía muy bien que las
corporaciones nunca salen perdiendo de un trato, por lo que esos “contratos”
solían incluir letra pequeña con el fin de asegurar la fidelidad del nuevo
empleado. Contratos de por vida, extorsión, amenazas y hasta chips con
explosivos eran los medios para garantizar la buena relación entre
matón-ejecutivo. Por supuesto esto no pasaba siempre y por supuesto no se
equipaba de la misma forma a todos los guardaespaldas, pero si uno era bueno y
tenía suerte, podía llegar muy lejos en el negocio del asesinato y la
protección. La esclavitud era un precio superfluo por un poder sobrehumano y
una vida de más de ciento veinte años. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">El rockero debía de ser una buena inversión para la
discográfica, sino no invertirían en aquel bocazas tanto potencial. Por lo
visto habían querido matarlo, cosa que no le sorprendía en absoluto. Se le
venían muchas cosas a la cabeza para justificar aquello pero cuando lo miraba,
y éste le devolvía la mirada con una mueca obscena o un beso, solo podía alegar
que era jodidamente irritante.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Se detuvo entonces cuando llegó hasta donde estaba
la chica pelirroja y su moribundo amigo. Ambos sufrían la agonía de una
despedida que se hace de rogar: él la de la muerte y ella la de su amigo.
Resultaba triste y casi doloroso. Sintió la tentación de apoyar la mano en el
hombro de la chica y consolarla con alguna palabra, pero eso no hubiera salido
bien. Las palabras de poco servían ante la muerte y además aquel asunto no iba
con ella. ¿Qué más le daba si un maldito paleto de la carretera moría de un
balazo? Todos los días morían cientos de personas en <i>GoreCity</i> y no derramaba ni una sola lagrima por ellos. Ya no.<i><o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Oyó cómo se incorporaba Roy. Sabía que era él por
la distancia de la que provenía aquel sonido. Podía oír la respiración profunda
del guardaespaldas, al rockero curioseando entre cajas e incluso los lejanos
ronquidos del otro músico, el de los <i>leds
subcutáneos</i>. Si se concentraba podía incluso percibir el goteo de una
pequeña fuga en una tubería o el roer de alguna rata. Hacía tiempo que se había
acostumbrado a todos aquellos sonidos y a valorarlos para aprovechar aquella
poderosa ventaja que le otorgaba aquel caro y sofisticado sistema de escucha
amplificada, cortesía como no, de un trato con otra de aquellas corporaciones
que tanto odiaba. Por mucho que detestase a aquel guardaespaldas debía de
reconocer que en parte, ella también era una mercenaria. Pero ella no mataba, ya
no les pertenecía, ella era libre y controlaba su vida, hasta esa noche.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Entonces la pelirroja se sobresaltó y se acercó más
a su compañero herido. Parecía que había reunido sus últimas fuerzas para poder
decir unas últimas palabras. Alguna suplica inmunda que llegaría al mundo entre
babas y gotas de sangre. Nada que pudiese importarle, pensó con aburrimiento
Samishii. Se giró para encontrarse con Roy, que había ido a reunirse con ella.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">–Sami yo…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">–Roy –le cortó en voz baja y amenazante.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">–Samishii –siguió el pandillero tras la
corrección–. He estado pensando y después de todo lo que ha pasado creo que
deberías desaparecer una temporada. Si tú quieres, yo podría…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">–Cállate –Le cortó en seco la joven abriendo los
ojos de par en par.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">No pretendía ofender al chico, ni arruinar otro de
sus intentos de engatusarla, aunque no le hubiese importado ya que en otras
muchas ocasiones ni siquiera se había detenido a escuchar al insistente
muchacho. En esa ocasión el motivo de su tajante corte era otro. El joven
moribundo al parecer sí había dicho algo interesante.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Entre susurros, vomitado al aire viciado de aquel
oscuro y sucio almacén de algún lugar del distrito diez, el mecánico Tuerca
profería sus últimas palabras entre babas, lágrimas y sangre.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">–Lenka…s,h…a –una punzada de dolor le recorrió la
columna vertebral anunciando el fin de una agonía mísera y sangrienta. Con su
último suspiro volvió a repetir aquellas palabras carentes de sentido para su
amiga, pero que una ingeniera capaz de oír hasta los susurros más débiles no había
podido pasar desapercibido–. S,H,A, Lenka...<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">–S.H.A –repitió Samishii al instante como si
necesitase oírlas de su propia boca para poder creer que aquel miserable
muchacho quizá tuviera algo que ver con ella.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Lenka se volvió de pronto y fijó los ojos en los
suyos. Su ojo orgánico estaba enrojecido, de un tono similar al de su pelo. Del
<i>ciberóptico</i> tan solo se veía una
pequeña placa de metal de unos centímetros a un lado de la cuenca pero por lo
demás era un modelo que se asemejaba mucho al original, de ambos ojos caían
lágrimas. Samishii pensó entonces en el dispositivo que emulaba las lágrimas
reales que llevaba el implante y que se disparaba solo cuando un pequeño
sensor, situado en la otra cuenca, se activaba. Se preguntó quién sería el
estúpido ingeniero que había diseñado un <i>ciberóptico</i>
que imitaba a la perfección el llanto humano pero que a su vez era incapaz de
enrojecerse. Pensó entonces en lo curioso que resultaba que reparase en ello
justo en un momento como ese.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Aquel chico no había muerto por una simple pelea
con unos pandilleros o unos matones a los que les debía unos pocos eurodólares
por comprar <i>cortex</i> o cualquier otra
droga. Aquel tipo estaba muerto por algo más serio, algo que de alguna manera
quizá tenía que ver con el hecho de que ella también estuviese en peligro.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Cuando volvió a fijarse en los ojos de la chica, se
dio cuenta de que ya no lloraba, tan solo la miraba fijamente. Era demasiado
tarde, ella lo sabía, le había oído reconocer las siglas y ahora la miraba
escudriñando en su muda expresión, sabía lo que estaba pensando. Aquella nómada
quería creer que existía un vínculo. ¿Lo había? En el supuesto caso de que los
que la perseguían pertenecían a S.H.A, la empresa para la que había estado
trabajando tan solo unos días atrás, ¿era posible que se hubiera encontrado con
un ajuste de cuentas de la misma empresa? ¿Aquel chico muerto hubiera podido
decirle algo en vida? ¿Por qué lo habían matado? ¿Tenía todo aquello algo que
ver con ella?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Eran demasiadas preguntas y sobretodo, demasiadas
casualidades, y eso la inquietaba porque Samishii sabía mejor que nadie que, en
<i>GoreCity,</i> las casualidades solo
tienen un desenlace: matar o morir.<o:p></o:p></span><br />
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Esto no había hecho nada más que empezar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
Miguel B.http://www.blogger.com/profile/05024519619424504106noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-4764547583771800755.post-31440290777022906572012-10-21T18:05:00.003-07:002012-10-21T18:19:05.779-07:00Capítulo 11: Intersección de cromo II<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Sintió que las nauseas alcanzaban un punto máximo.
Si hubieran tardado un segundo más en salir a la calle, Samishii estaba segura
de que habría vomitado sobre toda aquella gente. La gran cantidad de individuos
que iban de aquí para allá sumados a la dificultad de alcanzar la puerta habían
convertido el pequeño tramo en un infierno. Alguien había tenido la inoportuna idea
de morir justo en la salida, lo que había provocado que los pocos que salían
por ahí se tropezaran dificultando el paso a los que los seguían. Por lo
general la ingeniera no soportaba estar rodeada de tanta gente, además de
aborrecer ese grado de violencia absurda que había alcanzado la situación. Los
disparos habían dejado de oírse y solo sonaba uno cada cierto tiempo creando un
paréntesis en los alaridos y gritos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Al llegar a la calle se hicieron a un lado junto
con una docena de personas que habían tenido la idea de mirar a su alrededor
antes de lanzarse hacia la salida principal. La japonesa no quiso pensar si
quiera en lo que estaría pasando allí.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">-Deberíamos ir hacia adelante… la policía no
tardará en venir. –dijo entre jadeos Roy mientras estudiaba el callejón.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">-¿Temes que te registren? –preguntó con tono mordaz
la chica.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Estaba apoyada en la pared con los ojos cerrados,
intentando imaginar que se encontraba en algún lugar apartado sin tanto
psicópata, yonki o simplemente, ser humano.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">-No creo que registren a nadie, esto es el distrito
diez, aquí no hay ricos, ni gente importante, ni siquiera hay un sector de la
población que opere en alguna fabrica o corporación de importancia. Las
empresas de aquí traen a sus propios trabajadores de otros distritos. No… aquí
la policía no tiene por qué ser amable.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">-Ahórrate tus llantos. –contestó Samishii con burla
pero teniendo muy en cuenta lo que su amigo acababa de mencionar.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">No tenía duda alguna de que lo que decía era cierto,
Roy y su banda pertenecían a una organización de varias formaciones
independientes llamada <i>HumanF. </i>Él
había estado en unas revueltas hacía poco menos de un año en el barrio tres de
aquel distrito. Más conocido como <i>Coal</i>,
ese barrio se había visto privado de suministros básicos para la vida y como
respuesta se habían organizado revueltas y actos de terrorismo urbano, lo que a
su vez había desembocado en una ola de violencia y arrestos indiscriminados por
parte de las fuerzas de seguridad de <i>GoreCity</i>
y de algunas corporaciones. Aquello había sido una maldita guerra. Les habían
atacado con descargas eléctricas de alto voltaje, con gases lacrimógenos, con
munición explosiva y hasta habían recurrido a los dispersadores de masas <i>MW25</i> basados en microondas que hacían
que te hirviese la piel. «Por eso le gusta esta ciudad y sobretodo este distrito,
es capaz de convertir a alguien en un veterano de guerra sin ni siquiera salir
de un edificio en toda su vida», pensó mientras caía en la cuenta de lo
distintos que eran. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">-¿Y tus amigos? –le preguntó más por hacer tiempo
que por interés.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">-Estarán bien, saben cuidarse solos. Además saben
que esta cita era importante, seguro que no les importa que tengamos un poco de
intimidad…</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Samishii iba a responder con palabras cargadas de
veneno a la provocación del pandillero que ya mostraba esa típica sonrisa
descarada cuando algo captó su atención. Por un instante luchó por no creerlo
pero al poco se le tensaron todos los músculos y calló en la cuenta de que
estaba metida en un gran problema.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">A poco más de una treintena de metros, se acercaban
dos tipos trajeados que no podían ser otros que los que habían estado esa misma
tarde en la puerta de su refugio. Maldiciendo y preguntándose cómo podían
haberla encontrado agarró a Roy por el brazo y comenzaron a andar hacia su
izquierda. Mientras el ruido de sus botas al caer con fuerza sobre el asfalto
era amortiguado por los gritos de la gente, Samishii comenzó a trazar un
sencillo plan. Cuando llegaran a la parte de atrás del local desenfundaría su
arma y esperaría a esos dos hijos de puta, una vez los hubiese acribillado les
sacaría hasta la última respuesta, si es que seguían con vida para entonces.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Desenfundó el arma al oír disparos más adelante y
pudo ver como su amigo hacía lo mismo. Pero al girar la esquina se encontraron
con una oscura calle en la que parecía haber habido una guerra. Había un tipo
disparando a un coche sin discreción alguna. Iba caminando hacia el vehículo,
disparando con el arma apoyada en la cadera. Llevaba unos vaqueros desgastados
y un chaleco repleto de clavos, cadenas y unos pequeños tubos fluorescentes que
cruzaban las costuras con un tono rojizo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Aquel lugar estaba lleno de pirados que querían
matarse unos a otros, no entendía nada pero sabía que quería salir de allí. Entonces
el loco de la ametralladora se percato de su presencia y se giró con la
intención de matarlos pero Roy ya contaba con ello así que se apresuró a levantar
su arma. Antes de que completase el giro, el tipo cayó al suelo con estrepito,
soltando un largo chorro de sangre de su clavícula y su cuello. El arma del
joven era un modelo potenciado y Samishii sabía que usaba munición perforarte
por lo que las probabilidades de que aquel individuo se levantase de nuevo se
reducían a que hubiera podido costearse sofisticados recubrimientos
subcutáneos, cosa que dudaba de un matón de gatillo fácil como aquel.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">La calle pareció quedarse en silencio durante unos
segundos que parecieron saber a gloria a todos los integrantes de aquella
peculiar escena. La joven se asomó por la esquina para ver si continuaban
siguiéndolos. Allí estaban, los dos tipos trajeados habían alcanzado la puerta
lateral y parecían estar buscando a alguien. Por un momento deseó que entraran
en el local y se perdieran pero no contaba con ello. Los habían visto, de eso
estaba segura, así que en cuanto no la encontraran entre la pequeña multitud
irían hasta allí.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">-Deberíamos irnos –Dijo el pandillero de forma
tajante. La mirada de la ingeniera le bastó para saber que tenía que decir algo
más-. No sabemos cuántos de esos hijos de puta hay por aquí ¿Y si este tío que
me acabo de cargar tiene algo que ver con ellos? –Suspiró para coger
fuerzas-. Samishii, deberíamos
desaparecer de aquí cuanto antes.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Samishii le aguantó la mirada unos instantes y
después asintió. Por mucho que odiase admitirlo, tenía razón. Todo aquello
estaba resultando ser demasiado raro, demasiado violento y demasiado peligroso.
Se juró que resolvería el asunto cuanto antes y que si era cierto que la
estaban buscando acabarían encontrando una bala en su cabeza, fueran quienes
fuesen. Comenzó a perderse en sus pensamientos pero hizo un esfuerzo para
volver al mundo real. Lo primero era salir de allí: volver estaba descartado y
entrar al <i>Laser del Infierno</i> por la
puerta trasera no parecía una opción muy alentadora. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Un estrepito llamó su atención. Oyó unos gritos que
venían del único coche de la calle, el cual estaba hecho pedazos. De pronto la
puerta se descolgó cayendo sobre el asfalto y de ella salió un tipo enorme
tosiendo y escupiendo sangre.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">-¿Se puede saber qué coño estás haciendo joder? ¡Te
van a matar y después me van a matar a mí y a este saco de mierda! –Escuchó que
decía una voz desde el interior.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">El grandullón llevaba una pistola y al verlos la
levantó con una rapidez muy poco propia para un hombre con semejantes heridas. Era
como si estuviesen viendo un cadáver: estaba lleno de sangre y en su cara
desfilaban una veintena de cortes profundos. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Roy también le apuntó.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">-¡Esperad! –Samishii gritó mientras estudiaba su siguiente
paso.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Estaba claro que aquel tipo y fuera quienes fueran
los que estaban dentro no simpatizaban con los pistoleros, por lo que había
ante ellos una posibilidad para salir de allí.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">-¿No os arranca el coche? –preguntó como si nadie estuviera
a punto de disparar.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">El tipo pareció estudiar la pregunta pero su
castigado rostro no exhibía ni una pizca de convicción. Pero entonces por el
agujero de la puerta se asomó un tipo delgado, con unas gafas oscuras adheridas
a sus mejillas y una cresta de rastas. Se llevó la mano a la cara y se quitó
las gafas lentamente. Sus ojos se clavaron en los de Samishii y pudo sentir
como la estudiaba con descaro. Esbozó una sonrisa arrogante y dijo:</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">-No va el navegador, ¿alguna idea, encanto?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">-Suficiente como para salir de aquí. –Respondió a
regañadientes mientras se acercaba al coche, dejando al tipo grande de los
cortes y a Roy mirándose como si fuesen a sacarse las tripas de un momento a
otro.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Discordia Sintética sabía que Jacobo no aprobaba
aquello pero no le importaba. Aquella chica parecía estar muy segura de sí
misma por lo que era posible que supiese lo que se hacía, prefería probar
suerte con una desconocida a esperar allí a que surgiera otro psicópata a
dispararles todo el plomo del mundo y arrojarle cadáveres sobre su valioso
cuerpo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">La chica entró sin mirarle siquiera y se puso a
observar el estropicio en el que se había convertido todo el panel de control
del coche. Castigo Corporal la miraba con la boca abierta, como si no hubiera
visto una mujer en su vida. Lo cierto es que era guapa, tenía un encanto
peculiar en el que se entremezclaban la belleza más delicada y una fuerza y
entereza poco común. Sus movimientos, los gestos en su rostro repleto de
piercings y su silenciosa respiración hacían que la envolviese un aura especial
que solo rodeaba a personas excepcionales. Discordía estaba convencido de saber
sobre esto mejor que nadie, al fin y al cabo, para él no existía mucha gente
tan excepcional como él mismo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">-¿No nos hemos visto antes verdad encanto?
–preguntó como si estuvieran en un bar y nadie quisiera matarle.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">-No me llames encanto –le cortó la joven japonesa
apartándolo para que le dejase más espacio.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Sacó un terminal y lo conectó al navegador. Una
serie de crípticos comenzaron a desfilar por la pantalla y en su frente se
formó una arruga. Luego sacó un destornillador que llevaba en el cinturón y lo
exhibió jugando con él tal y como hacía Castigo Corporal con las baquetas. Desmontó
la pantalla del navegador en cuestión de segundos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">-¡Samishii, date prisa joder, están viniendo!
–Gritó un tipo desde fuera.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">«Así que se llama Samishii», pensó mientras
observaba su ceñudo rostro repleto de adornos y pendientes. Parecía absorta en
su tarea, como si no hubiese nada más en el mundo. Seguramente no le había
reconocido, exacto, eso era. Se aclaró la garganta y se sacudió los cristales
de su chaleco antes de volver a hablar pero entonces ella profirió un gruñido
mientras pateaba con la suela de su bota todo el cuadro de mandos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">De dos patadas consiguió romper la pieza así que
solo tuvo que hacer palanca con el destornillador y desmontó la ahora inútil
pantalla y las planchas de alrededor. ¿Pero qué coño estaba haciendo esa loca?
Se lo había cargado todo. ¡Ahora sí que estaban jodidos!</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">-¡Mierda! –Le gritó mientras gesticulaba con las
manos-. ¡Estamos jodidos, jodidos de verdad!</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Pero entonces el coche arrancó.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">-¿Qué cojon…? –La pregunta murió en sus labios.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">-He jodido todo el sistema y luego he hecho un
puente. –Se apartó el pelo de la cara y lo miró directamente a la cara -.
¿Algún problema estrella del rock?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Discordia asintió satisfecho, aquella pirada de los
cables le había reconocido. Aunque no parecía muy impresionada, algo era algo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">-¡Roy, vámonos pero ya! –Samishii se giró para
buscar a su amigo y al gigante de la coleta del el traje ensangrentado pero
volvió a tener una desagradable sorpresa.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Una chica pelirroja sujetaba con una sola mano un
rifle enorme con el que apuntaba a quemarropa al grandullón del traje, que no
podía hacer otra cosa que quedarse mirando con la espalda pegada al coche. Roy,
por otra parte, apuntaba a la joven con su arma sin saber qué hacer. Pero la
chica no les prestaba atención, miraba a Samishii directamente a los ojos. En
aquella mirada había un fuego tan intenso como el rojo de su propio pelo. No
parecía importarle nada. Con el brazo libre sostenía por el hombro a un joven
gravemente herido y a punto de desmallarse.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">-Seguro que hay sitio para dos más. –Sugirió Lenka
con los ojos llorosos por la rabia.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<br /></div>
Miguel B.http://www.blogger.com/profile/05024519619424504106noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4764547583771800755.post-76462362351167033102012-09-28T09:25:00.003-07:002012-09-30T12:58:23.302-07:00Cambios en el blog y noticias frescas.<span style="color: white;"><br /></span>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm;">
<span style="color: white;">¡Buenas lector!</span><o:p></o:p></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm;">
<span style="color: white;">Escribo para decir que he vuelto a "ponerme las pilas" y
que pronto tendréis los últimos capítulos de esta primera parte de la
historia.<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm;">
<span style="color: white;">Han habido modificaciones en el blog, con el fin de hacerlo
más acogedor. Invito a que exploréis un poco
y critiquéis u opinéis.<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm;">
<span style="color: white;">Por otro lado tengo que destacar la aparición de la nueva historia<span class="apple-converted-space"> </span><a href="http://futuromega.blogspot.com.es/p/engranajes-de-fortuna.html" target="_blank"><b>Engranajes de Fortuna</b></a><b>,<span class="apple-converted-space"> </span></b>la cual también os invito a leer. Es una
historia paralela a la principal en la que se narra las andanzas de un peculiar
personaje llamado Gab Fortune que espero que adoréis, odiéis o
aborrezcais. Decir que esta historia será publicada en <span class="apple-converted-space"> </span><a href="http://archivocyberpunk.blogspot.com.es/" target="_blank">Archivo Cyberpunk</a>, blog que recopila una, cada vez más grande, lista de
material sobre el universo cyberpunk y que es llevado por lo que hasta ahora me
parece gente apasionada y comprometida que han mostrado más que paciencia
conmigo y mis<span class="apple-converted-space"> </span><b>Engranajes de
Fortuna</b>. También destacar que esto sirve como punto de inflexión tanto en
el formato, ligeramente más formal y académico, y en la asiduidad con la
que veremos la continuación de estas historias.<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm;">
<span style="color: white;">Solo me queda agradecer a todo el mundo que lea estas lineas, por
la causa que sea que le haya llevado hasta este rincón oscuro de<span class="apple-converted-space"> </span><i>GoreCity<span class="apple-converted-space"> </span></i>y animarle a continuar con las
andanzas de Samishii y los demás. Especialmente mi reconocimiento a J.J. López,
autor de<span class="apple-converted-space"> </span><a href="http://post-cyberpunk.blogspot.com.es/" target="_blank">Post-CyberPunk</a>, por sus constructivas criticas y valoraciones, que como él
sabrá, siempre vienen muy bien.<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm;">
<span style="color: white;">Un saludΩ.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br />
<br /></div>
Miguel B.http://www.blogger.com/profile/05024519619424504106noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4764547583771800755.post-19260945298375819512012-09-27T16:31:00.000-07:002012-09-27T16:32:40.022-07:00Necesidades Sintéticas<span style="color: white;"><br /></span>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
</div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">En el pasillo la luz escaseaba. La penumbra, creada
por los pocos neones que no estaban rotos, no hacía más que aportar más horror
al pensamiento de aquel desafortunado hombre. Mirase donde mirase había una
sombra que amenazaba con sacarle las entrañas; tras cada esquina, tras cada
montón de basura o tras cada recoveco creado por el sinfín de tuberías y cables
que cruzaban las paredes y el techo de aquel pasillo, cualquier lugar era
idóneo para esconder un sangriento final. Se removió inquieto llevando cuidado
de no hacer más ruido del necesario y empujó la puerta mientras apretaba los
dientes, como si eso fuera a amortiguar el ruido que hacía la chapa al
arrastrarse por el desnivelado suelo. Cuando la puerta quedó abierta terminando
así con el agónico lamento, Gab se quedó estudiando la oscuridad que le
esperaba más allá.</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">«Cuando sabes que cualquier movimiento puede
conducirte a la muerte es difícil saber qué decisión es la que más te conviene».<span style="font-size: 9.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Volvió la vista hacia el pasillo y no pudo evitar
fijarse en un tubo de neón que parpadeaba como si quisiera emular los estertores
de un moribundo, los últimos suspiros de una vida. Volvió a pensar en la muerte
y por un momento deseó que se apagase y que finalizase ya aquella absurda y
cruel espera.</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Resignado a la idea de morir, se adentró en el
apartamento con la esperanza de que la espera acabase, pero no hubo ninguna
cuchilla dirigida a su vientre, y tampoco ninguna bala que le atravesase el
corazón y lo destrozase por dentro, tan solo hubo oscuridad y el silencio tan
propio de aquel edificio. Silencio que se basaba en un incesante ruido de fondo
compuesto por lloriqueos de bebés, gritos de peleas y chillidos aquellos
desgraciados a punto de morir o demasiado drogados para proferir una palabra inteligible.
Gab sabía que en aquella ciudad el silencio de verdad no existía, de hecho
dudaba que él mismo supiese lo que era el silencio.</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Anduvo a ciegas unos pasos y tras patear algunas
cosas llegó hasta el interruptor. Cuando las luces se encendieron corrió hasta
la puerta y la cerró procurando hacer el menor ruido posible. Una vez dentro
del pequeño apartamento y aparentemente a salvo, su inquietud no descendió.</span></div>
<div class="MsoListBulletCxSpFirst" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">«¡Joder quieren matarme!»<i>,
</i>pensó Gab con el fin de justificar su creciente paranoia. Tras echar un
rápido vistazo al cubículo principal que hacía las veces de salón y cocina y
ver que estaba todo por el suelo fue a la pequeña habitación procurando no
pensar en los calibre doce y su capacidad para convertir cualquier cabeza en
una mera ensalada de hueso y carne. Pero
no encontró a ningún matón encañonándolo con una escopeta, tan solo se topó con
un desorden fuera de lugar. Toda su ropa estaba por el suelo y algunas cajas
que guardaba en casa estaban abiertas y con su contenido desparramado por toda
la habitación. Había una nota sobre la cama.</span></div>
<div class="MsoListBulletCxSpLast" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">–Rehenes –murmuró mientras temía por la vida de su novia.</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Pero cuando leyó la nota, repasando cada curva de
aquella caligrafía dulce y cruel, se sintió ridículo por haberse preocupado y decepcionado
por no haber acertado.</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div align="center" class="MsoBodyText" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: center; text-indent: 14.2pt;">
<i><span style="color: white;">Gab,
no puedo seguir con esto. Necesito a un hombre que aspire a algo más que robar
mercancía defectuosa y perder apuestas. Quiero vivir Gab, quiero pasión, drogas
y glamour y tú eso no me lo puedes dar. No eres más que un mierda. Por favor,
no me llames.<o:p></o:p></span></i></div>
<div align="center" class="MsoBodyText" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: center; text-indent: 14.2pt;">
<i><span style="color: white;">Sophia<o:p></o:p></span></i></div>
<div align="center" class="MsoBodyText" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: center; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Tras repasar durante unos segundos aquel papel
blanco y afilado, lo dejó de nuevo sobre la cama donde hacía tan solo un día
había disfrutado de la tersa piel de Sophia. Mientras luchaba contra los
recuerdos de aquel cuerpo bañado en sudor y aquellas manos hábiles y juguetonas
fue hacia el baño. En esta ocasión ni siquiera apretó los dientes preparándose
para un disparo de algún sicario escondido. Sus botas resonaron en el suelo
metálico con un sonido grave y pesado como banda sonora de los oscuros pensamientos
que poblaban su mente. Quiso lavarse la cara pero al accionar el grifo no calló
ni una sola gota de agua. ¿Era posible que le hubiesen cortado el agua? No
recordaba qué día era pero lo que sí recordaba era que debía cuatro meses de
facturas.</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Al alzar la vista con un gesto de aburrimiento se
dio cuenta de que todo no eran malas noticias, al menos para él. En la pantalla
que tenía delante se podía ver cómo unos bomberos intentaban apagar un fuego. Seguía
conectado a la red, algo era algo a fin de cuentas, pero era cuestión de tiempo
que le cortasen eso también. En los lados había anuncios de potenciadores
sexuales pero no les hizo caso, con lentitud alzó la mano para ampliar lo que
le interesaba. Estaban retrasmitiendo
las noticias, hacía semanas que aquella pantalla se había roto y no emitía
sonido alguno pero no le costó mucho saber que era lo que estaba pasando. Según
leyó en el titular, una empresa química había explotado en el distrito nueve ocasionando
un incendio. Había un total de cuarenta y tres muertos y una veintena de
desaparecidos. La mueca de aburrimiento en la cara de Gab se acentuó mucho más
mientras pensaba en aquellos desgraciados que ya no tendrían que esperar a que
alguien los matase. Suspiró y con un gesto con los dedos desplazó las noticias
activando el modo espejo. En seguida se arrepintió, lo que vio no fue para nada
de su agrado.</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Frente a él, mirándolo con desprecio, estaba el
reflejo de un hombre de piel blanca y expresión cansada y aburrida. Sus
naturales ojos grises y sus facciones marcadas dejaban entrever un ligero
atractivo pero su descuidada barba de tres días, las dos cicatrices de su
mejilla derecha, su labio partido y el reciente moratón en su ojo derecho
mostraban a un sufrido veterano de las calles de <i>GoreCity</i>, “<i>la gran ciudad”,</i>
o “<i>la ciudad del dolor</i>” como le
gustaba llamarla. Examinó sus heridas buscando alguna respuesta de aquel circo
en el que se encontraba.</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">–Yo no robo mercancía defectuosa maldita zorra…
solo la vendo. –Le dijo a su propio reflejo mientras se quitaba los guantes de
cuero y los tiraba al suelo.</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Se volvió con paso vacilante y se dirigió al salón.
Una vez allí se quitó también la gabardina y las desgastadas botas, que las
tiró hacia cualquier parte, como si no fuera a necesitarlas nunca más. Pasó
entre cajas, ropa y herramientas haciendo caso omiso del desorden. No se
molestó en ordenar nada, tan solo se apresuró a llegar al pequeño frigorífico.
Por suerte su ahora ex-novia le había dejado bebida. Cogió una lata de <i>trans </i>y se sentó en el sofá. Tras un
largo trago la dejó a un lado y se desabrochó las cinchas de su chaleco. Cuando
se lo quitó sintió un dolor tan fuerte que tuvo que retorcerse en aquel sucio y
deteriorado sofá. Una vez la oleada de dolor quedó reducida a un pequeño y
constante sufrimiento, se examinó el torso. Tenía una costilla rota, por lo
menos una. Arrojó el chaleco por el suelo y recuperó su lata. Bebió con tanta
ansia que al menos una docena de gotas le cayeron por la barbilla y el cuello,
compitiendo todas ellas en una carrera por llegar al pecho. </span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Oyó una rítmica melodía. En un principio se asustó
pero luego cayó en la cuenta de que se trataba de su móvil, que debía estar en
el bolsillo de la gabardina. La canción era la de unos anuncios de un sucedáneo
que vendían cuando él era pequeño, cuando se había tenido que ganar una
reputación a puñetazos en un mísero centro para hijos de trabajadores de nivel
C. Recordó las palizas pero también el delicioso sabor de aquel cancerígeno
sucedáneo y se entristeció. Pensó en lo fácil y maravilloso que había resultado
su infancia comparada con aquella vida adulta que ahora se acercaba a su fin.
El móvil siguió sonando. No hizo nada, tan solo se quedó allí mirando al techo
con la canción resonando en el interior de su mente. Observó las tuberías del
techo y los cientos de gruesos cables que lo cruzaban de una pared a otra.
Ciertamente se encontraba deprimido, y no por que Sophia lo hubiese dejado sino
porque iba a morir en cuestión de unas horas y no creía posible perder antes el
conocimiento con las <i>trans</i> que le
quedaban en el frigorífico. Se hubiera tirado por la ventana si aquel
apartamento hubiese tenido una, pero no la tenía. Los apartamentos que daban al
exterior y por encima del nivel del suelo eran más caros, formaban parte de esa
lista interminable de caprichos que no podría permitirse nunca, una lista que
Gab siempre había guardado en su mente.</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Hacía tan solo unas horas había tenido a su alcance
cien mil eurodólares y por un momento se había dejado llevar por la fantasía de
que todo saldría bien. Caer en aquellas estúpidas fantasías era un error que en
GoreCity te conducía a una muerte casi segura. Pensar en ello le provocó náuseas.
Lo peor era la sensación, autoimpuesta por su experiencia en las calles, de que
debía considerarse afortunado por haber conseguido llegar vivo hasta su casa.</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">–Gab Fortune –dijo su apodo al aire con el fin de
que sonase menos ridículo.</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Así lo llamaba la gente, “Gab Fortune”, como si
fuera el tipo más afortunado de todo el maldito distrito siete. Lo cierto era
que no había tenido suerte en toda su vida.</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">El teléfono volvió a sonar. Ni siquiera recordaba
que hubiese dejado de hacerlo. ¿Era posible que unos apresurados tragos de <i>trans</i> lo estuvieran emborrachando? Nunca
se había considerado un gran bebedor pero aquello lo creía imposible. Lo que
pasaba era que sabía que iban a matarlo y que ni siquiera iba a mover un dedo
para evitarlo. Irían a por él y le pegarían dos tiros y ese pensamiento lo
adormecía, como si la seguridad de la muerte tranquilizara tanto como un cubo
de serotonina.</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Todo había sido culpa de Palabras. Ese maldito
chico lo había convencido para que dieran aquel golpe. “Dinero fácil”, había
dicho como la cosa más normal del mundo y Gab había terminado accediendo. Cada
vez que pensaba en el maldito joven, más tonto se sentía por haber creído que
podría salir bien. Había sido víctima de una ingenuidad muy poco común en él
pero no podía olvidar que su situación era desesperada, pronto estaría en la
calle y allí había mucha gente a la que le debía más dinero aún, así que había
decidido jugar al juego de Palabras, y había perdido. </span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">El plan era sencillo. A sus oídos había llegado el rumor de cierto
cargamento de chips sin clasificar de un almacén en el <i>barrio del Zinc</i>. Palabras había acordado el precio con Frank <i>mediaboca</i>, que no era otro que el dueño
de la mitad del distrito siete. Controlaba prácticamente todo el negocio de la <i>sintecoca</i> y el nuevo y adictivo <i>cortex,</i> además de poseer más de ocho
clubs. Si alguien ganaba dinero con luchas a muerte, allí estaba Frank, si
alguien vendía su coño, allí estaba Frank. Y más valía no estar en su contra;
Gab sabía muy bien que si ese psicópata había levantado un imperio, no era por ser
precisamente amable. Tenía la maniática manía de obligar a sus enemigos a
contagiarse de la <i>comecarne</i>, la
bacteria que había perfeccionado el ejército años atrás y que ahora la usaban
los delincuentes para influir el terror en las calles. Podía hacer que un
hombre se descompusiese en cuestión de una hora entre gritos de dolor y un
charco pegajoso de carne y sangre. Al pensar en ello, Gab se apresuró a
terminar su <i>trans</i>. Quizá sí pudiese
emborracharse para cuando fueran a por él.</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Había sido el robo más fácil de su vida, Héctor
había reducido al guarda de seguridad y luego Palabras y él habían cargado el
camión. Tan fácil que había parecido una broma. Todo había ido bien hasta el
momento de la entrega. Los hombres de Frank estaban en el canal, bajo el puente
de la sexta avenida, a la hora indicada y el pago se hizo sin ningún problema.
Pero cuando examinaron las cajas se encontraron con que estaban vacías.
¡Vacías! ¿Cómo era posible que nadie hubiese revisado el cargamento?</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Lo que había pasado a continuación era fácil de
predecir: los ánimos se habían caldeado y la gente había comenzado a
desenfundar sus armas. Nadie quería ser víctima de la <i>comecarne</i> de Frank así que los nervios se habían antepuesto al
sentido común y Héctor había terminado apretando el gatillo desatando un
infierno. El mercenario no era de los que pensaban, eso era algo de lo que
solía encargarse él.</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Recordaba la huída, haber salido del canal casi a
gatas y la carrera desesperada por los callejones del<i> barrio del Zinc.</i> Había perdido de vista a Palabras pero Héctor
había corrido junto a él por lo menos un kilómetro, escupiendo maldiciones y
disparando a sus perseguidores cada cierto tiempo. En cierto modo había pensado
que aun tenía solución, los chicos de Frank se darían la vuelta y se quedarían
con su dinero y sus cajas vacías. Otra estúpida fantasía muy impropia de la
realidad. No se había sentido tan mareado en su vida hasta el momento en que se
dio cuenta de que el mercenario llevaba la bolsa con el dinero. Cien mil
eurodólares. Calló entonces en la cuenta de que le acababan de robar a Frank
mediaboca cien mil eurodólares, los matarían por eso. No recordaba lo que le
había gritado, ni qué le había dicho a Hector en mitad de un ataque de pánico pero
lo que sí recordaba era el puñetazo en el estomago que le había dado aquel
indeseable con su mano artificial. «Casi me saca el corazón por la boca» Cuando
se repuso, Héctor había desaparecido y como los hombres de Frank aún le
buscaban había decidido escabullirse, correr hasta su casa con la absurda idea
de salir airoso de allí. </span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Maldijo a su socio hasta que le dolió la cabeza.
Decidió tomarse otra <i>trans</i> y
concentrarse en pensar que de todas formas ahora ya daba igual, dentro de poco
estaría muerto, tal y como esperaba que estuviese también Héctor.</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Alguien golpeó la puerta con tanta fuerza que
resonó en toda la estancia y acalló los lamentos que resonaban en el interior
de la mente de Gab Fortune. Se quedó de pie, petrificado, a punto de echar un
trago y a la espera de que fueran imaginaciones suyas. Pero los golpes
volvieron más persistentes y más fuertes.</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Intentó hacerse la idea de que su vida tocaba a su
fin. Se situó frente a la puerta y esperó. Le hubiera gustado llevar algo
puesto a parte de los pantalones pero no quería moverse por si decidían tirar
la puerta abajo y le pillaban poniéndose las botas. Ya podía imaginarse lo que
dirían en el barrio: “El afortunado Gab Fortune acribillado como un cerdo
mientras se calzaba las botas”, a lo que contestaría otro, “tuvo suerte, aun
con esas consiguió ponerse una de las botas”. Al pensar en ello le entró una
arcada, pero luchó por no vomitar y más aún por no imaginar lo que dirían si lo
mataban rodeado de su propio vomito.</span></div>
<div class="MsoListBulletCxSpFirst" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">–Encontrarían la manera de que tuviera que estar agradecido.
–murmuró con desdén.</span></div>
<div class="MsoListBulletCxSpLast" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">–¿Gabriel, estás ahí? Abre la puerta, vamos.</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Al reconocer aquella irritante voz casi deseo que
hubiera sido un sicario.</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoListBullet" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">–Si llego a saber que me recibirías así, me hubiese puesto
algo más provocativo.</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Palabras tenía muchas cosas malas: como sus
constantes bromas, su manía de moverse de aquí para allá y tocarlo todo, la
cualidad de ignorar las amenazas y peligros, su irritante costumbre de
desenfundar el cañón de balas de nueve milímetros que tenía oculto en la muñeca
bajo un compartimento de piel artificial… pero sin duda lo que más odiaba Gab,
lo que no soportaba por encima de casi cualquier cosa, era que no paraba de
hablar. Siempre estaba hablando.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">–No estoy para tus putas bromas. –Le espetó Gab
mientras se terminaba la lata y gruñía al rozarse los cortes de la cara–. ¿Por
qué no te vas a morir a otro lado? Cuando encuentren nuestros cuerpos no quiero
que piensen que éramos amigos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Pero Palabras no le hizo caso. Se limitó a reírse y
moverse lentamente con su delgado cuerpo de un lado a otro de la habitación.
Vestía como un vagabundo, demasiado mal y demasiado excéntrico. Gab siempre le
echaba la culpa de su extraño comportamiento a su infancia de mierda y a su
adicción a la <i>sombraverde</i>, la que
posiblemente era la droga más dura que existía. Él aseguraba no estar
enganchado, como todos los yonkis. Si, era un yonki y un tirado pero lo sabía
todo sobre el <i>barrio verde</i> y el
distrito siete, y sabía moverse por las calles como una rata escurridiza. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">–Vale, vale. –Se relajó y se apoyó en la pared
mientras dejaba que el pelo le ocultase la mitad de la cara–. Hay una cosa que
no entiendo, si conseguiste escapar sin que te atraparan y dices que Hector
solo te golpeó una vez. ¿Quién te ha dado esa paliza?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">–Bueno… –dudó por unos segundos mientras el dolor
de las cicatrices volvía a la carga–. La cosa es que estaba llegando a casa
cuando me encontré con <i>Silvereyes </i>y
los suyos y por más que traté de explicarles que no era un buen momento, no les
importó recordarme que les debo quinientos pavos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Palabras se rió como si no hubiera ningún chiste
mejor. Él siempre decía que no debía apostar, que tenía demasiada mala suerte.
Quizá fuera ese el motivo por el que Gab Fortune le tuviese cierta estima.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">–Bueno, escúchame, tengo una idea que va a
salvarnos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">–Déjame en paz Palabras. No quiero escuchar tus
ideas de mierda. Es por una de tus ideas por las que estamos ahora así.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Pero Palabras siguió hablando como Gab sabía que
haría. Le daba igual, dentro de poco entraría alguien y los mataría y por fin
acabaría aquella agonía.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">–Hector nos ha jodido, se ha ido con el dinero y no
creo que le encontremos –y tenía razón, el mercenario estaría ya en la otra
punta de la ciudad ocultándose en alguna cloaca–. Lo que nos deja una deuda con
Frank de cien mil eurodólares.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">–¡Dinero que no tenemos porque Hector, tu gran
hombre de confianza, se ha largado con él, hijo de puta!</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">–Admito que me equivoqué con Hector pero aún
tenemos una posibilidad de enmendar nuestro error. Podemos dar un último golpe,
podemos dar “el golpe”.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Los ojos de Gab se abrieron como platos al entender
finalmente a lo que se refería su compañero. Estaba a punto de hablar pero se
calló, no merecía la pena.</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">–Frank sabe que no nos iremos –Comenzó a decir
Palabras mientras se acercaba a Gab–, fuera de este distrito no valemos nada
así que ya podemos darnos por muertos. Pero si le ofrecemos la oportunidad de
recuperar su dinero, con intereses, puede que nos deje intentarlo. Lo único que
puede pasar es que nos maten y eso es algo que él ya hará si nos quedamos aquí
de brazos cruzados.</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">El instinto de supervivencia de Gab sabía detectar
una mala idea desde lejos y aquella era una muy mala idea pero por un momento
se olvidó de ello y se quedó mirando a su alrededor. Pasó la vista por todas
aquellas cosas inútiles que había por el suelo, y por aquellos focos que pronto
serían inútiles porque le cortaría la luz.</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">–Piensa en Sophia…</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">–Sophia me ha dejado</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">–Vaya –dijo Palabras intentando mostrar algún tipo
de sentimiento que no tenía–. Lamento oír eso amigo mío, era una buena chica y
creo que le caía bastante bien.</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">–Eso es mentira, te odiaba y detestaba que vinieses
por aquí.</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">–Un motivo más para no morir entonces.
Demostrémosle a esa zorra que se ha equivocado al dejar al gran Gabriel <i>Fortune</i>.</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Gab sabía que su compañero solo quería manipularlo
para que accediese pero no podía negar que tenia parte de razón. Nunca le había
importado una mierda a nadie y no esperaba que eso cambiase, pero sí estaría
bien hacerle ver a todos lo equivocados que estaban.</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Miró a aquel delgado ser que decía ser su amigo. Se
le ocurrió que podría matarlo a golpes en unos segundos y esperar en silencio a
que fueran a por él. Y aunque no le faltaban ganas de matarlo también
reconsideró su oferta.</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">¿De verdad quería morir? No, no quería morir y lo
peor era que la única opción que le quedaba era la de seguir jugando al juego
de Palabras. «Pero hay cosas mucho peores que la muerte» pensó a la vez que se
levantaba y se alejaba del yonki. Cogió otra <i>trans</i> y meditó durante unos segundos. Un tiempo que Palabras
aprovechó para canturrear con los labios. Odiaba que hiciese eso. «Saldrá mal,
pero tengo que intentarlo. Joder, no quiero morir.»</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">–Está bien, suponiendo que accedo a alargar mi vida
para que tu otra idea nos mate, ¿cómo piensas dar “el golpe”? Nos falta como
mínimo otro hombre, ya sabes, un mercenario.</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Y era cierto, sin Hector habían perdido el factor
fuerza en aquella ecuación. Sin aquel desgraciado no podrían llevar a cabo algo
así y dudaba que encontraran a alguien que quisiera hacerlo. La mayoría de los
matones que se prestaban a esa clase de trabajos eran estúpidos adictos a la
sangre pero no eran suicidas. Gab estuvo a punto de volver a sumirse en su
propia pesadilla pesimista pero Palabras volvió a hablar.</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">–Podemos llamar a… ya sabes, a él. –acompañó su
frase echándose la mano al cuello y simulando que moría ahogado.</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">–De todas las ideas que has tenido esa es la peor
con diferencia, prefiero morirme a que le llames. No saldría bien, no con él.
Es demasiado inestable, demasiado…</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">–Hay que saber perdonar Gab…</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">–Es un psicópata. Nos matarán.</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">–Ya estamos muertos.</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Ante la elocuencia de Palabras, el ladrón no pudo
más que caer en la cuenta de que no podían hacer otra cosa. Aquel plan le daba
mala espina, como casi todo. Pegó un largo trago y se acabó la lata.</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">–Está bien, llámale. Pero acuérdate de este momento
cuando el infierno se desate y la gente muera. No saldremos vivos de esta, es
imposible que salga bien.</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">–Esto es GoreCity amigo mío, cualquier cosa es
posible, hasta lo imposible.</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 14.2pt;">
<br /></div>
<br />Miguel B.http://www.blogger.com/profile/05024519619424504106noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4764547583771800755.post-78931761789531294632012-09-05T06:41:00.000-07:002012-09-05T06:41:53.775-07:00Capítulo 10: Intersección de cromo I<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">El hedor a humedad y a heces de pequeños roedores embriagaba
la estancia como la noche lo hacía sobre aquella condenada ciudad. Solo un
ligero olor a sangre perturbaba la monotonía del oscuro lugar. Sangre que no
hacía más que recordar a todos los presentes lo cerca que habían estado algunos
de morir esa noche y la mala suerte que habían tenido otros. Unos débiles rayos
de luz artificial cruzaban unas ventanas demasiado pequeñas y a demasiada
altura del suelo como para ser útiles. Las sombras se proyectaban
entrelazándose con la oscuridad en sí misma, haciendo que el pequeño repertorio
de cajas y estanterías pareciese un laberinto insondable y amenazador.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Para Samishii no podía haber nada peor que aquello; encerrada
con tanta gente desconocida en un lugar como aquel era el ingrediente principal
de lo que ella calificaría como una pesadilla. Pero la situación lo había
querido así y se decía a sí misma que no podría haber sido de otra forma, que
al menos estaba viva. Bueno, ambos lo estaban. Roy seguía ahí, descansaba a
unos pocos metros de ella todavía con la pistola entre sus fuertes manos. La
ingeniera sabía que en menos de un segundo podría despertar del sueño más
profundo y hacer un blanco perfecto a menos de cincuenta metros. Y no es porque
confiara en la excelente habilidad como tirador del pandillero, sino porque
sabía que el sistema de <i>arma inteligente</i>
que conectaba la pistola a su sistema nervioso por medio de unos pequeños
cables era infalible. Lo había diseñado ella.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Se divirtió con la idea de mejorar el diseño y por un
momento olvidó los disparos, la sangre y todo aquel circo de extraños de los que
había tenido que rodearse. Por un momento se imaginó en su taller; su pequeño
escondite; trabajando bajo una luz tenue con tan solo el sonido del soldador y
la respiración de su perro como música de ambiente.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"> Pero entonces recordó
que la estaban buscando y que su escondite ya no era seguro, lo que provocó que
la inseguridad se acrecentara. Solo podía esperar a que Bite, su contacto <i>hacker</i>, hubiese dado con alguna
información que la ayudase a esclarecer todo aquello. Sacó del bolsillo de su
gabardina la tarjeta que le habían dado unos días atrás: estudió la superficie
cromada y dejó caer su atención en las iniciales que aparecían perforadas en ella,
S.H.A. Mientras su mirada se perdía en aquella tarjeta, acudió a su mente la
imagen de los dos tipos que habían contratado sus servicios hacía apenas unos
días.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Intuía que aquel trabajo tenía algo que ver con todo aquello,
no había vuelto a saber nada a pesar de que le habían asegurado que para
terminar el trabajo tendría que completar dos diseños más. También cabía la
posibilidad de que aquellos hombres que habían ido a su casa la buscaban por
algún otro motivo, por algún encargo antiguo. Samishii era consciente que en su
trabajo había tenido que lidiar con gente muy peligrosa y que no siempre había
actuado según las leyes pero la joven japonesa tenía la certeza de haber
actuado por encima de todo con la máxima prudencia y discreción. ¿Se la habían
jugado? En caso de ser así, ¿Quién? Le costaba creer que hubiese sido Malcolm,
aquel entrometido que hacía las veces de agente personal carecía, aparentemente,
de un motivo.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Al recordar a la descarada sanguijuela de Mal, presintió que
no se equivocaba al pensar que el trabajo de S.H.A tenía algo que ver con que
la estuviesen buscando. Malcolm tendría que explicarle todo lo que supiese al
respecto cuando acabase la maldita noche, si es que acababa.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Se dio cuenta entonces de que por primera vez en mucho
tiempo su suerte dependía de alguien que no fuese ella misma. Se repetía una y
otra vez que había sido una estúpida por no haber visto el peligro venir, por
haber dejado que la situación acabase así. No soportaba no tener el control de
su vida. Apretó los puños con fuerza y se esforzó por controlar su temperamento.
Debía conservar la calma para buscar una solución a los nuevos problemas que
tenía y que iban sumándose a la lista.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Unos sollozos la sacaron de sus pensamientos e
instintivamente echó mano al arma.
Mostró su enfado en una mueca al recordar que estaba descargada pero se
tranquilizó al ver que no se trataba de una amenaza. Alguien se estaba
muriendo. ¿Cómo habían llegado a esto?</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="color: white;">***</span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">El disparo le pareció más estridente de lo normal. El sonido
del arma silenció los gritos de la calle cercana y del local que dejaban atrás.
El cantante se tiró al suelo por puro instinto, arrastrando al batería consigo.
Él se había dado por muerto ya, pero no pudo evitar el gesto desesperado de
salvarse.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Enseguida se dio cuenta de que había un intercambio de
disparos y que le era imposible saber quien disparaba. Abrió los ojos con la
certeza de que vería sus entrañas por el suelo pero al verse entero alzó la
vista en busca de quien debía haberlo matado. La chica pelirroja había
desaparecido.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Se olvidó de los disparos por un momento he intentó darse la
vuelta para ver qué diablos pasaba pero antes de que pudiese darse cuenta de su
error más de cien kilos cayeron sobre él.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Exhaló un alarido que no disminuyó cuando se dio cuenta de
que el individuo que le había caído encima era uno de sus guardaespaldas. Un
disparo le había volado parte de la cara dejando ver una masa pulposa de carne,
astillas de hueso y lo que debía de ser una mandíbula sintética de platino.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Sorprendido y fascinado por la brutalidad de la situación y
por el hecho de seguir con vida, aparentemente, se quitó de encima el cadáver
de aquel tipo del que no recordaba su nombre. ¿Cuántos cuerpos tendrían que
caer sobre él esa noche? Le costó horrores moverlo pero no prestó casi atención
a lo que hacía pues a su lado, el jefe de seguridad, Jacob, descargaba todo el
cargador de su pesada y enorme pistola. El cantante si limitó a observar a
través de los oscuros cristales de sus gafas al gigante que en breves moriría
por estar ahí de pie. Y como respuesta a las expectativas de Discordia, una
bala fue a parar al pecho de Jacob, que tan solo profirió un gruñido. Pero
hacía falta más de una bala para acabar con aquel veterano de las guerras
centroamericanas. A Discordia Sintética no le cabía duda de que bajo el traje,
el guardaespaldas iba forrado de kevlar, o incluso de un recubrimiento subcutáneo
de grafeno. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">No obstante tampoco era un miembro de las brigadas
especiales P.K.C (encargadas de los asesinos y psicópatas con fisiología
cibernética) por lo que cuando cinco disparos le perforaron el hombro, la mano derecha,
el muslo y la rodilla izquierda profirió un grito de furia asesina y descargó
su última bala antes de caerse de rodillas con un golpe sordo.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">El cantante no daba crédito a sus ojos, al principio calló
en la terrible certeza de que si aquel tipo encargado de protegerles moría,
poco podría hacer él contra las múltiples amenazas a las que estaban expuestos
en ese momento, pero aun había esperanza. Aquel cabrón seguía vivo, y aun respirando con dificultad, luchó por
incorporarse de nuevo.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Discordia se dio cuenta de que los disparos habían cesado y
cuando alzó la vista hacia su izquierda vio a aquellos hombres que les habían
estado apuntando tumbados en el suelo como si jamás hubiesen estado en pie. Los
últimos disparos del guardaespaldas los había matado, sin duda alguna. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Todo parecía haber acabado, pero al poco uno de ellos
comenzó a moverse y levantarse.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">-¡Mierda! –escupió Jacob junto con una decena de gotas de
sangre mientras apuntaba y apretaba el gatillo.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Pero no sonó el ensordecedor sonido del disparo esperado. Se
había quedado sin balas. El cantante no pudo más que observar desde su patética
posición como aquel individuo se tambaleaba con una mano en el abdomen
chorreando sangre por una decena de heridas y se agachaba para recoger su arma
del suelo. Maldijo todos los avances de la ciencia y la nanotecnología por ser
capaz de alargar la existencia de seres tan peligrosos como aquellos.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">El rockero se apresuró a alcanzar el arma del guardaespaldas
caído. Estaba seguro de poder matar a aquel tipo antes de que lograse recoger
el arma, más le valía, pero de pronto una chica pasó entre Jacob y él (y por
encima de Castigo Corporal) a toda velocidad. Su cabello rojo, su delgado
cuerpo y el gran rifle con el que cargaba fue lo poco que pudo ver antes de que
cruzara los cinco metros que los separaban del agonizante hombre. Jacob,
sobresaltado y enfurecido por haberlo pillado desprevenido intentó dispararle también,
pero tras apretar el gatillo varias veces recordó que no tenía munición.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Lenka podría haber disparado y barrer a toda esa gente con
una descarga de su rifle de asalto pero el instinto de supervivencia agudizado
desde niña le dijo que una bala perdida podría acabar matándola así que corrió
hacia su derecha arrojándose detrás de un coche negro de grandes dimensiones aparcado
a unos pocos metros de distancia. El tiroteo comenzó al instante de empezar a
moverse y tan solo su velocidad, y que el coche parase algunos de los
proyectiles que dirigieron contra ella, hicieron que saliese ilesa. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Al cabo de unos segundos los disparos cesaron y sin pensárselo
dos veces la mecánica asomó la cabeza. Los extraños individuos que habían
aparecido de golpe se encontraban por el suelo, posiblemente muertos, salvo uno
que estaba de rodillas y luchaba por ponerse de pie. Unos metros más allá
estaban aquellos desgraciados que habían estado golpeando a Tuerca. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">El intercambio de plomo había durado apenas unos segundos y
a tan poca distancia sería una proeza que alguien más, aparte del grandullón
que estaba de rodillas, hubiese sobrevivido. Sabía que lo seguro era rematarlos
y asegurarse, pero prefería no tener que hacer tal cosa. Steel siempre
criticaba su exceso de escrúpulos y compasión a la hora de matar achacando tal
falta a su inmadurez. Lenka sabía que los miembros de su clan jamás lo
entenderían, estaban demasiado acostumbrados a la muerte. No es que hubiese
jurado no matar a nadie jamás, era solo que prefería que el hecho de quitar una
vida fuese siempre la última opción.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">La idea de que Tuerca necesitaba su ayuda le golpeó la mente
en el instante en que vio levantarse a uno de aquellos matones.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Sin pensar siquiera en su vida y ahuyentando el miedo de su
interior, salió corriendo de su escondite con el rifle en sus manos y se
dirigió hacia él. Pasó junto a aquella gente que había aparecido de improviso y
pudo comprobar que al menos uno de los que había dado por muerto, seguía con
vida. Ese tipo de la cresta y las gafas sexys que le recordaba al cantante del
concierto que acababa de ver fue el único que se dio cuenta de su presencia. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">En menos de un segundo llegó junto al matón, justo en el
instante en el que empuñaba su pistola y la levantaba para disparar. Gracias a
un instinto entrenado en los mares tóxicos del sur y los desiertos estériles
repletos de asesinos y caníbales, la joven mecánica puso un pie sobre la rodilla
del matón, y aprovechando la velocidad que llevaba, se impulsó hacia arriba. La
cara del hombre reflejó sorpresa y terror cuando Lenka le golpeó con la culata
del rifle. Puso toda la fuerza de sus brazos en aquel golpe. Un abanico de
sangre y dientes salió despedido hacia la derecha con un giro de cabeza tan
rápido que era posible que le hubiese partido el cuello. El cuerpo inerte del
tipo calló hacia atrás seguido del de Lenka.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Ni siquiera se fijó en si había matado o no, aunque confiaba
en que no fuese así, y menos atención le mostró a los que había dejado atrás.
Su principal prioridad era aquel delgado hombre de pelo verde, que yacía
apoyado contra la pared con una mano en el estomago y la camiseta llena de
sangre. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">-Tuerca…</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Se acercó a él dejando a un lado el rifle y esperando que su
amigo no estuviese muerto. De ella había sido la idea de perderse en GoreCity,
si su amigo moría no se lo perdonaría. Y quién sabe lo que la esperaría a su
regreso al campamento. Mientras los ojos se le llenaban de lágrimas evitó
pensar en Steel y en su temperamento explosivo. Casi rompe a llorar al oír un
gemido de los labios de su amigo. ¡Estaba vivo!</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">-¡Joder! ¿Has visto eso? –Gritó Discordia Sintética más para
sí mismo que para el resto.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Estaba impresionado por la rápida actuación de aquella joven
y lo bien que había empleado su agresividad para resolver todo aquello. Hasta
le había parecido ver que era bastante guapa. En seguida, y sin apenas
quererlo, le vino a la mente una idea para una canción que trataba sobre la
desconocida. Los acordes comenzaron a sonar en su cabeza, pero poco duraron ya
que Jacob lo sacó de aquel paraíso de composición al que lo catapultaban
siempre las escenas violentas.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">-¡Joder, malditos hijos de puta! –Profirió el guardaespaldas
mientras arrojaba su arma descargada al suelo y andaba cojeando unos pasos
hasta el cantante–. Rápido, tenemos que salir de aquí, ya.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"> Mientras cogía la
pistola de su compañero muerto y ayudaba con esfuerzo a Discordia a levantarse
no hizo más que mirar hacia los lados y maldecir por lo bajo. El rockero, aun
fascinado por la acción de aquella chica que ahora se encontraba arrodillada
junto a otro hombre, observó al guardaespaldas. Le manaba sangre de al menos
cuatro heridas. Tenía el traje destrozado, caminaba con dificultad y tenía la
mano derecha destroza; había perdido como mínimo dos dedos. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">-Tíos, no me puedo creer que estemos vivos… -dijo el batería
que había permanecido todo el tiroteo sin levantar la cabeza del asfalto ni un
solo milímetro. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Discordía observó a Castigo Corporal mientras el guardaespaldas
golpeaba a éste con el pie instándolo a que se pusiera en pie. Los <i>microleds subcutáneos</i> de los brazos del batería
centelleaban intermitentemente de un color naranja apagado. En su mirada podía
leerse una mezcla de miedo y perplejidad ante todo lo que estaba pasando.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Jacob estudió la situación y fijó su atención en la chica.
Solo le quedaba un cargador pero matarla solo le costaría una bala, pensó
mientras valoraba la situación.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Como si pudiese leerle la mente, Discordia Sintética lo
agarró del antebrazo y le propuso con un gesto que se marcharan. No era porque
aborreciera las muertes innecesarias; donde había crecido él, las muertes de
ese tipo eran tan normales como los cables pelados; pero tenían cosas más
importantes que hacer y además aquella pelirroja lo había impresionado de
sobremanera, no le parecía que supusiese una amenaza, al menos no para ellos.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Olvidándose de la joven, los tres hombres se apresuraron a
llegar al 4x4. La calle, aunque ancha, era completamente secundaria y la iluminación
más próxima solo provenía de unos tubos de neón ubicados sobre la puerta de la
que acaban de salir, por lo que no pudieron ver el desastre hasta que
estuvieron a un par de metros del vehículo. Al menos media docena de balas
habían impactado sobre él. Rompiendo la luna delantera, el retrovisor izquierdo
y dejando profundos agujeros en el capó y la puerta.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Jacobo maldijo una vez más cuando al abrir la puerta un
cuerpo cayó al suelo como si se tratara de un fardo de desperdicios. El chofer
había estado esperando dentro del coche a que terminase el concierto y una bala
perdida lo había matado antes incluso de darse cuenta de qué estaba pasando ahí
fuera. Vaya una forma más patética de morir, pensó el cantante. Así era
GoreCity, no perdonaba que te encontrases en el lugar equivocado en el momento
equivocado. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Encogiéndose de hombros lo hicieron a un lado y subieron al
coche; Jacob al volante y el cantante de copiloto. Éste último soltó un suspiro
de alivio y volvió a dejar caer sus ojos en aquella pelirroja que estaba
agachada delante de ellos, al otro lado de la acera. Aspiró con fuerza
esperando a que el coche arrancara y aquella pesadilla terminase cuanto antes
pero en el instante en el que parecía que iban a dejar a tras los gritos que
aun se dejaban oír desde la parte delantera del <i>Laser del Infierno</i>, la ventana del conductor reventó en mil
pedazos. Un estruendo propio de una ametralladora, seguido de una docena de golpes
sordos contra el chasis del coche les indicó lo más obvio. Sus problemas aun no
habían terminado. Permanecieron agachados mientras una lluvia de cristales caía
sobre ellos. O uno de los tiradores había sobrevivido y les había seguido a
través del backstage para terminar el trabajo o la chica pelirroja había
decidido usar su arma.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">-¡Arranca de una puta vez y vámonos cagando ostias! –gritó
el cantante que al cogerse la cabeza con las manos rozó con los dedos el lóbulo
de su oreja y puso en marcha el sistema de música que llevaba implantado en su
oído. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Una canción estridente de un antiguo grupo llamado <i>TechnoCadaver now </i>golpeó su mente. Por
un momento el sonido repetitivo del bombo y los gritos encolerizados del
cantante se entrelazaron con los sonidos de los disparos y los chillidos de
Castigo Corporal que se encontraba en uno de los asientos de atrás gritando
como un cerdo. Incluso en ese momento, Discordia Sintética tuvo que admitir que
aquel era uno de los mejores instantes de toda su vida. Dudaba que hubiese nada
mejor que escuchar aquella perfecta combinación que le rebelaban que esa
canción jamás había estado completa y que había permanecido como la mitad de un
todo hasta aquel instante. El cantante
saboreó la nueva sinfonía y se juró que no volvería a escuchar la canción
original nunca más, pues no sería más que una parodia comparada con aquella
obra de arte. Era un privilegiado y el placer que sentía alcanzó cotas más
altas cuando calló en la cuenta de que sería el único dueño de esa perfecta
simbiosis, el <i>único</i>.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">El guardaespaldas, ajeno al clímax al que estaba llegando el
excéntrico cantante, se apresuró encorvado todo cuanto podía, a bajar la
pequeña palanca de arranque. No pasó nada. Después de unos angustiosos segundos
lo intentó un par de veces más y tras encender el navegador, vio en la pantalla
una serie de números y glifos que poco tenían que ver con lo que aparecía
normalmente. Alguna bala debía de haber averiado el sistema de arranque o el de
navegación del coche.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">No podían arrancar, luego no podían irse. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Estaban jodidos.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<o:p><br /></o:p></div>
Miguel B.http://www.blogger.com/profile/05024519619424504106noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4764547583771800755.post-45938634795288304092011-08-28T17:49:00.000-07:002012-09-05T06:47:29.563-07:00Capítulo 9: El escenario de la sangre<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<i><span style="color: white;">¡Ciclos, confusos, de sangre y fuego!</span></i></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<i><span style="color: white;">
¡Soldados a la piel por su propio dueño!<br />
¡Hoy, huyen mutilados de su propio cuerpo!<br />
¡El mañana no estará, para él habrá muerto!<o:p></o:p></span></i></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<i><span style="color: white;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Las luces parpadeaban haciendo que los movimientos de todos
los de su alrededor se volviesen lentos. Los decibelios de los gritos y
silbidos de la muchedumbre eran superados tan solo por la música, que rugía
como una bestia salvaje. Lenka jamás había escuchado algo parecido en sus
veintitrés años de vida. Cierto era que su vinculación con la música nunca
había pasado de algún pequeño concierto en pequeñas poblaciones costeras, y eso
había ocurrido cuando aún se dedicaba a la piratería, cuando aún estaba él…
Pensar en el pasado le provocó una punzada en el pecho así que intentó dejar de
pensar en ello y disfrutar del momento.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Los riffs eran sencillos y rápidos; como si tuviesen que
llegar pronto hasta ti y colarse bajo tu piel; como los del grupo de la noche
pasada, solo que estos lograban ser auténticos y filtrarse en el interior de tu
cabeza. Los samples jugaban con melodías entrecortadas arañándole el
protagonismo a un bajo pesado y arrollador. Todo iba rápido, al ritmo que
imponía una frenética batería. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Se encontraba fascinada por toda esa descarga de furia y
odio concentrado, por esas letras decadentes que no lograba entender del todo,
por esa voz desgarrada y visceral, por el show y por los músicos.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">El bajista lucía un <i>ciberbrazo
</i>que ni siquiera llevaba cubierto de piel artificial y en su torso desnudo se
apreciaban cientos de tatuajes lumínicos. Sin embargo sus gestos obscenos y su
inagotable capacidad de moverse de aquí para allá no conseguían eclipsar al
cantante, que permanecía en el centro del escenario atrayendo gran parte de las
miradas. Tras estudiarlo ligeramente dedujo que era atractivo y aunque sus ojos
no podían verse a través de esas gafas de ahora lentes rojizas, podía intuir
que estaban cargados de fuego. <i> Tecnopelo </i>seguramente, pensó la mecánica
al ver la cresta de rastas verdes y rojas.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Cuando notó unas manos deslizándose por sus caderas todo el
espectáculo dejó de importarle y se puso alerta preparada para cualquier tipo
de ataque, pero al ínstate volvió a bajar la guardia ya que el oportuno
individuo se había topado con el bulto del rifle de su espalda y había
preferido guardar distancias o buscarse otro ligue. Lenka sonrió ligeramente,
sin temor a exhibir lo mucho que le gustaba despertar, tanto en hombres como en
mujeres, ese tipo de deseos. Se recolocó el abrigo y miró a su alrededor: todos
parecían absortos en el concierto, disfrutando de la sesión de <i>rock procrónico</i>. Junto a él un tipo
enorme meneaba la cabeza rápidamente mientras bebía una cerveza <i>trans.</i> Su cara estaba completamente
tatuada por unos tribales de amarillo fluorescente que hacían juego con los
cables del mismo color que cruzaban su brazo desde el cuello hasta la mano. Dos
chicas, una con una máscara de gas y la otra con los ojos de gato y dientes de
plata, saltaban y gritaban delante suya como si les fuese la vida en ello. Entre
canción y canción intentaban llamar la atención del cantante llamándolo y
provocándolo. Discordia Sintética, así es como se llamaba el carismático músico.
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Continuó mirando a su alrededor hasta que encontró a alguien
que le llamó la atención. A pocos metros a la izquierda de ella se encontraba
la japonesa que había visto entrar hacía ya una hora con aquella banda. Los
chicos del pañuelo rojo estaban a su alrededor disfrutando del concierto como
el que más pero ella permanecía seria con los brazos cruzados. Junto a la joven
un tipo de la banda le decía algo al oído. A Lenka, el chico le pareció guapo
en exceso con un gesto de desenfado en el rostro que lo hacía agradable. La que
debía ser su novia, la joven japonesa, asentía mirando a su alrededor, prestando
poca atención al espectáculo.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">-¡Sois de… puta madre hijos de GoreCity! –gritó Discordia Sintética
mientras alzaba su puño derecho y dejaba que los gritos continuaran durante un
rato. Cuando los samples de la canción que acababan de tocar cesaron continuó
-¡Hoy, es una noche muy especial pues como ya sabréis <i>Psycholedic-Discordia</i> presenta nuevo tema…! –calló durante unos
segundos saboreando el estallido de aplausos, gritos y demás alabanzas - ¡…
pero no pensamos tocarlo hasta que no lo pidáis de verdad!</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Una nueva avalancha de gritos volvió a los oídos del
cantante que no podía más que disfrutar del momento. Le encantaba saber que
tenía a toda esa gente bajo su pequeño encantamiento de música, sombras y
luces. Él sabía que debía decir todo aquello para enardecerles, para crear el
clímax adecuado. Debía ser así pues era de vital importancia que conquistasen
aquella ciudad pedazo a pedazo, concierto tras concierto. Estaba convencido de
haber nacido para ello y por eso su determinación era absoluta, o al menos eso
se hacía creer a sí mismo para que todo saliese según lo planeado.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Cuando la muchedumbre comenzó a pedir “muere, puta, muere”, el cantante, compositor, guitarrista y
cofundador de <i>Psycholedic-Discordia</i>
asintió satisfecho. Ahora tenían toda su atención.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">-¡Hijos de GoreCity, hace unos días se perpetró un crimen
atroz no muy lejos de aquí! Miles de personas fueron privadas de sus hogares.
Esa gente, expoliada y humillada, no ha podido más que resignarse a aceptar las
migajas que les han arrojado. No hace falta que os diga quienes son los
responsables de este imperdonable crimen. ¡La
Fundación SPER! –Ahora los gritos eran de odio y rabia, de solidaridad y
violencia. –¿Pero pensáis que esos cerdos actúan solos? ¡No! La policía se ha
cruzado de brazos ante esta putada. –Meter a esos cerdos defensores de la “ley”
por medio siempre funcionaba. -Esos hijos de puta creen que pueden poner sus
laboratorios y su mierda donde les plazca pero hoy les demostraremos que no es
así. ¡Esta noche temblará todo el décimo distrito por miedo a sus verdaderos
dueños! –Mientras alzaba las manos intentado abarcar a toda la multitud
que se revolvía como un animal indomable empezó a distinguirse un sonido
similar al de una maquina en funcionamiento.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Una rápida mirada a Repulsión Plástica y a Castigo Corporal
le bastó para dar comienzo al hit.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Mientras deslizaba los dedos por los trastes desprovistos de
cuerdas de su guitarra y daba paso al riff principal, Repulsión se dedicaba a
provocar a los de la primera fila gritando, escupiendo y sacando la lengua. La
batería comenzó a sonar a los pocos segundos y tras una intro corta y ligera
llegó un silencio que pareció enmudecer toda la sala, las luces se apagaron
durante el segundo que duró el parón instrumental para volver a encenderse en
una orgía de destellos y sonido arrollador que inundaron la sala de adrenalina.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Tras el estribillo en el que todos se sumaron al “muere, puta, muere” que dictaba fielmente la letra Discordia no
cabía en sí de júbilo. El concierto estaba llegando a su fin y ya podía
clasificarse como un éxito redondo. Dentro de poco viviría a cientos de metros
de polvoriento suelo, en otro barrio, o incluso en otro distrito y no tendría
que volver a lidiar con gente como el Gerente de su edificio o cualquier otro
“mierda”. Mientras saboreaba el inminente éxito un joven con una camiseta de <i>Psycholedic-Discordia </i>llena de agujeros y la cara y los brazos repletos de piercings, <i>microleds subcutáneos</i> y <i>tatuajes térmicos</i> saltó la valla de
seguridad, consiguió escabullirse entre los dos gigantones de seguridad que se
encontraban frente al escenario y subió a él tambaleándose extendiendo los
brazos hacia el músico y con una expresión de entusiasmo y regocijo en la cara.
Pronto vendría Jacob y lo sacaría de una ostia pero antes de que eso pasará ¿por
qué no darle un abrazo para que todos vieran lo mucho que quería a sus fans y
lo cerca que estaba él de todos ellos? Alzó la mano derecha mientras que con la
izquierda seguía presionando los trastes y se la extendió al chico para que se
alzara. Fue en ese momento, por encima del hombro del joven, cuando lo vio.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">A Samishii no le gustaba mucho
el grupo, había visto a demasiados como aquel. Todos parecían ser los mejores y
haber reinventado la música pero la verdad era que no hacía más que la misma
mierda. A ella le gustaba declararse fiel a grupos más antiguos, con mensajes
más retorcidos y encriptados y no tan vehementes y tan repletos de crítica
social.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">-Crítica social, vaya mierda. –Pensó la ingeniera mientras
conseguía distinguir entre la amalgama de sonidos unos punteos de bajo que le
agradaban.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Roy seguía hablándole de una pelea que había tenido con
Marco, otro de los cabecillas de la banda pero ella apenas le escuchaba. Y no
es que no pudiera oírle, con el sistema amplificado de escucha que tenía en su
oído interno hubiese podido entender todo lo que le decía a pesar de la
cantidad de gritos y ruido del abarrotado concierto.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Distraídamente se dedicó a mirar a su alrededor intentando
no pensar demasiado en los dos tipos que habían ido hasta su casa. ¿Serían
capaces de burlar la seguridad de su humilde hogar? Tendrían que esforzarse
mucho, pensó la joven a la vez que buscaba a tientas su arma sin querer
reconocer que aumentaba su nerviosismo. Respiró con fuerza varias veces y
volvió a mirar a su alrededor con aburrimiento. La gente la sacaba de quicio:
Un tipo sudoroso envuelto en un pesado abrigo no paraba de ir de un lado a otro
cerca de ellos, buscando seguramente el mejor sitio para ver al pretencioso
cantante. También había unas niñatas que no habían parado de gritar desde que
el concierto había empezado, junto a éstas un par de jóvenes estaban
inyectándose con jeringuillas electrónicas algún tipo de droga y por supuesto,
cerca de donde estaban había una pareja fornicando entre la muchedumbre. Se
encogió de hombros y procuró disfrutar del estribillo, al fin y al cabo no
estaba tan mal. Pero no pudo hacerlo por mucho tiempo. Cuando un gilipollas del
público se subió al escenario Samishii logró ver como el hombre sudoroso del
pesado abrigo se deshacía de éste
sacando un AK-447 y apuntaba al escenario.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">La adrenalina se disparó de pronto en su cuerpo y mientras
señalaba a aquel tipo para que Roy lo viera echó mano a su pistola automática
sabedora de que posiblemente la necesitaría en pocos segundos.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Ese loco le estaba apuntando a pocos metros de distancia y
tan solo tenía unos instantes para actuar. Justo en el momento en el que el
tipo apretaba el gatillo el instinto de supervivencia de Discordia provocó que
se encogiese tras el joven que acababa de subir al escenario.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><i>“GoreCity es una
ciudad de contrastes”,</i> es lo que decía siempre el antiguo batería del grupo.
Y no estaba equivocado. Al recordar el antiguo dicho no pudo evitar darle la
razón ya que en un segundo la sala se transformó en un verdadero infierno.
Mientras la música paraba de golpe sustituida por un sonido sordo y estridente,
el joven fan, antes alegre, se convulsionaba ante la veintena de balas que
entraban en su cuerpo por su espalda. El cantante quedó petrificado ante la
lluvia de sangre que recibió al instante y no pudo moverse hasta que notó dos
fuertes golpes en el pecho. Tras esto el cuerpo deshecho del chico calló sobre
él.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">En un primer momento nadie movió un solo dedo pero cuando el
tipo del fusil cambió de objetivo, frustrado por el fortuito parapeto del
cantante, y se puso a disparar por todo el escenario, la muchedumbre se dejó
llevar por el pánico.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Otro tipo desenfundó
un subfusil de calibre medio y se sumó al anterior. La gente corría de
aquí para allá y cuando alguien tropezó y empujó a uno de los dos pistoleros
éste, quizá por instinto quizá o por furia homicida, se puso a disparara a la
multitud, matando o hiriendo a media docena de personas. La casualidad quiso
que una ellas fuera T, un motero de la
banda de Roy, el cual recibió un balazo en el cuello. Como si hubieran apretado
un botón, todos los integrantes del comando GEN desenfundaron sus armas y se
pusieron a disparar respondiendo al ataque. Samishii sacó el arma y se alejó
unos metros. T estaba tendido en el suelo con una mano presionando su
ensangrentado cuello. Podía oír disparos desde varias partes del local, para
entonces todo el que llevase un arma ya estaría disparando o a punto de
hacerlo.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">-¡Tenemos que salir de aquí!- le dijo Roy al oído mientras
señalaba una puerta lateral por la que comenzaba a salir gente, aunque la mayoría
se desplazaba a empujones hacía el fondo del local, donde las puertas eran más
grandes y la reyerta más lejana.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Lenka sacó su rifle y procuró mantener el equilibrio con sus
pesadas botas ante la avalancha de empujones que recibía. Justo cuando el bajista
caía abatido por dos disparos, uno de los pistoleros moría debido a una docena
de balas de punta explosiva que le volaron parte de la cabeza. Aquellos tipos
del pañuelo rojo se habían vuelto completamente locos y no paraban de disparar.
Fue en ese momento cuando decidió que debía salir de allí. Ya se disponía a
correr en dirección a la entrada cuando una imagen familiar la hizo recular.
Alguien con el pelo de un color verde sintético muy característico se deslizó
durante un segundo a una treintena de pasos de donde ella estaba. Cuando estuvo
a punto de perder el interés volvió a verlo y esta vez no le cabía duda. Tuerca
estaba allí y acababa de salir por una puerta lateral de local. Corrió como
pudo entre la gente que gritaba y huía. Por el camino vio como apuñalaban a un
tipo y como otros eran pisoteados por los demás. Hasta a ella misma le pareció
pisar en más de una ocasión algo parecido a un miembro o un torax. Pero no
podía detenerse, si encontraba a Tuerca todo aquello terminaría y podrían
volver con el resto del clan, a las afueras de la ciudad.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">-¡Mierda, mierda me han dado joder! –exclamó Discordia Sintética
mientras se echaba la mano al pecho.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Tardó unos segundos en quitarse de encima aquel saco de
carne en el que se había convertido el joven fan. Mientras las balas silbaban
por encima de su cabeza el rockero miraba alarmado todo su cuerpo. Era incapaz
de saber si estaba herido o no ya que se encontraba empapado de sangre. Dolorido,
se incorporó en cuanto las balas dejaron de caer sobre el escenario. En mitad
de la pista había al menos seis tipos disparándose entre sí. No quiso esperar a
ver quien ganaba así que corrió hacia el backstage. Por el camino se encontró
con Repulsión Plástica, le habían herido y un charco de sangre envolvía su
figura. Le pareció verlo respirar pero no se detuvo por temor a que una bala
perdida acabase en su cabeza. Estaba desarmado y encima de un escenario, ¿qué
podía hacer? En cuanto llegó a la sala se encontró con un Castigo Corporal
alucinado, entre un par de putas, ambas asustadas. El batería se había dado más
prisa que él.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">No pudo siquiera pensar en todo aquello pues Jacob y otro guardaespaldas
le sorprendieron por la espalda con un empujón.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">-Rápido, tenemos que irnos, tengo que poneros a salvo.- Dijo
con voz seria ignorando el grito del cantante ante la sorpresa.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Cuando Lenka consiguió salir a la calle con el rifle en alto
esperaba encontrarse con la cara de su compañero de aventuras, pero no fue así.
Mientras unos pocos salían junto a ella y se desplomaban en el suelo o corrían
hacia la calle, ella buscó con la mirada desesperadamente a su amigo. Su
instinto le dijo a donde debía dirigirse así que corrió en la dirección
contraria a la del resto y fue a parar a la parte de atrás del <i>Laser del Infierno.</i> </span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="color: white;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Al llegar a la esquina vio, a unos veinte metros de ella, a
dos tipos que golpeaban a otro. Lo tenían contra la pared y le apuntaban con
una pistola. No le hizo falta agudizar la vista ni recurrir a algunas de las
aplicaciones de su <i>ciberóptico</i> para
saber que se trataba de Tuerca. Esos dos tipos le estaban pegando una paliza y
si no llegaba pronto acabarían con él así que echó a correr. Intentó aplastar
las cientos de preguntas que se agolpaban en su mente y levantó el rifle
mientras gritaba –¡Dejarle en paz cabrones! –los matones desviaron su atención
hacia la pelirroja que se les acercaba gritando y uno de ellos la apuntó con su
arma.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Había llegado el momento, era ahora cuando se decidiría su
final. A los veintitrés años de vida y con cientos de experiencias a sus
espaldas se encontraba en el callejón más oscuro de una ciudad desconocida para
ella a punto de morir. No le importaba, si debía morir, moriría, pero se
llevaría por delante a cuantos hijos de puta pudiese. Tanto el desconocido
matón como la joven nómada estaban a punto de apretar los gatillos cuando entre
ellos se abrió una puerta y salió una chica completamente desnuda seguida de cuatro
hombres; dos de ellos serios y disciplinados como militares y otros dos
empujándose y maldiciéndose como animales camino del matadero.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">-Me cago en la puta, se han cargado Repulsión, tenemos que…</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">-¡Cállate jodido gordo, hay que salir de aquí ya, olvídate
de… -las palabras murieron en la garganta de Discordia Sintética al verse
envuelto en otro infierno que aun estaba por desatarse.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">A unos cinco metros a su derecha, una joven pelirroja de un
indudable atractivo, que no le pasó desapercibido ni siquiera en aquel momento,
se había detenido de golpe apuntando en su dirección con un arma enorme y les
observaba con una expresión en el rostro que decía “¿De dónde coño salís
vosotros?”Al otro lado dos hombres con pinta de rateros apuntaban en dirección
contraria a la de la chica. En sus caras podía leerse el mismo mensaje. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">El tiempo pareció detenerse durante un instante. El cantante
nunca imaginó que moriría de esa forma tan patética. Sintió lastima por toda la
gente que no lograría disfrutar de su arte y se maldijo por no haber seguido
corriendo como había hecho la puta.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">La ansiedad creció como el humo en un incendio y en apenas
dos segundos alguien disparó.<span style="font-variant: small-caps;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
Miguel B.http://www.blogger.com/profile/05024519619424504106noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4764547583771800755.post-22279877308350927122011-07-29T08:03:00.000-07:002012-09-05T06:47:49.273-07:00Capítulo 8: Preparados para el show II<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">El bullicio había ido creciendo durante la última hora de forma exponencial. Lenka no podía evitar mirar hacia todos lados. Allá donde posaba su cibeóptico veía personas estrafalarias luciendo atuendos e implantes que la hacían caer en una sana envidia. Había llegado demasiado temprano al <i>Laser del Infierno</i> y había tenido la oportunidad de estudiar aquel lugar detenidamente. Era mucho más grande que el antro donde habían estado la noche anterior Tuerca y ella. Era un local de techos altos y luz mortecina, con dos pantallas gigantescas en las dos paredes laterales del escenario, que se alzaba del suelo más de un metro y medio. Recordó la noche con una mezcla de sabores: dulce por lo bien que se lo había pasado y todo lo que había descubierto y amargo por los acontecimientos que habían seguido a aquella fiesta. Había perdido a Tuerca en aquella basta ciudad después de un tiroteo, y las posibilidades de encontrarlo eran ahora ínfimas. Evitaba pensar en lo mal que se lo iba a tomar Steel y el resto del clan.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Un tipo enorme, con los ojos rojos y el torso cubierto de correas pasó junto a ella mirándola con atención. La mecánica desvió la vista y se concentró en dar un trago a lo que el camarero había llamado “licor del infierno”. Se apoyó en la barra con cuidado de que su larga chaqueta cubriera el rifle que escondía. Se las había apañado para colar el arma, no había tenido más que estar un largo rato hablando con el portero y prometerle que cuando acabara el concierto se iría con él por ahí. Lenka no tenía pensado hacer tal cosa, al menos en un primer momento, pero necesitaba su arma consigo. A la mente le llegaron las confusas imágenes de la noche anterior en las que un cantante yacía con la cabeza abierta en mitad del escenario. Con cosas como aquella era normal que tomasen medidas pero viendo el escaso interés que ponía el portero a su tarea se alegró de haber tomado también la medida de tener cerca su rifle de asalto.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Continuó durante un rato apoyada en la barra y procurando pasar desapercibida hasta que un grupo llamó su atención. Al menos eran doce y todos exhibían unos pañuelos de color rojo colgados sobre su cuello o en el pantalón. Sus botas pesadas y sus chalecos de kevlar eran todos iguales. Incluso las pocas chicas que vio vestían igual que los chicos. Todas menos una. Una joven japonesa de cara seria repleta de piercings y una larga gabardina de cuero negro.</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">***</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">-Dígame señor… -la joven periodista, de pelo corto y oscuro, pasaba su placa de datos de una mano a otra con cierto nerviosismo, como si aun no supiese como comenzar la entrevista. -Discórdia Sintética, algunos ya se atreven a afirmar que </i><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Psychodelia Discordia se convertirá muy pronto en el nuevo fenómeno del panorama musical de GoreCity. ¿Piensa que tienen razón o que tal vez estén exagerando?<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¿Exagerando? Debe estar tomándome el pelo. Psychodelia Discordia ha conseguido más que cualquier otro grupo en mucho menos tiempo. Dentro de poco se nos conocerá en cada distrito de esta ciudad. -se apresuró a decir con autosuficiencia el cantante, mirando fijamente a la joven que lo entrevistaba a través de los ahora oscuros cristales de sus gafas adheridas al rostro. <o:p></o:p></span></i></div>
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<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Parece muy seguro de sus capacidades… Hasta hace relativamente poco el grupo se encontraba en una situación algo complicada; no encontraban un sello discográfico que los patrocinara y sus conciertos no eran muy multitudinarios. ¿Cuándo dio el gran paso?<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Pues… la discográfica Degeneration Planet apostó por nosotros hará cinco meses y desde entonces tanto el número de conciertos como de seguidores ha ido en aumento. Esto es una puta bomba.<o:p></o:p></span></i></div>
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<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Hablemos un poco de usted. ¿Cómo empezó?<o:p></o:p></span></i></div>
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<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Pues desde abajo, como hay que empezar y no como esos co-me-mier-das a los que enchufan un par de chips de composición y sus discográficas se dedican a venderlos como perras.<o:p></o:p></span></i></div>
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<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¿Es cierto de que ninguno de los componentes de Psychodelia Discordia usa ningún chip de composición o de manejo de instrumento adosado a su N.C.M?<o:p></o:p></span></i></div>
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<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Claro que no, yo ni siquiera tengo modulo central neuronal- dijo ofendido el músico mientras alzaba una mano como si pidiera permiso para hablar –Yo me crié en el barrio Gamma del distrito seis, ¿sabes lo que eso significa guapa? Significa que solo tu talento natural puede hacerte ascender, pues cualquier otra cosa vale más de lo que puedas pagar.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;">-El barrio Gamma es también conocido con el nombre del barrio de los asesinos. ¿Qué tiene que decir al respecto?<o:p></o:p></span></i></div>
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<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Bueno… el talento natural del asesinato es quizá el talento más rentable de esta condenada ciudad -dijo con una ligera sonrisa en los labios. Le encantaba cuando preguntaban por su pasado pues le daba la oportunidad de sacar a relucir su lado más mordaz y critico.</span></i><br />
<div style="text-align: center;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;">***</span></i></div>
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">En la puerta trasera por la que deberían haber pasado sin problemas se habían encontrado con una veintena de fans que los guardaespaldas habían tenido de apartar a empujones. Y aunque más de uno había acabado en el suelo sus gritos, aclamándolos, aun resonaban tras las paredes de aquel extraño lugar. Johnny se encontraba allí hablando con un tipo alto y rubio casi tan bien vestido como el propio manager. Al verlos, se acercó dando por terminada la conversación.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Pero si ya está aquí<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> Psychodelia Discordia </i>al completo. -dijo alzando la voz mientras agudizaba esa sonrisa perfecta que siempre lo acompañaba antes de un concierto. –Bien chicos, faltan un par de horas, allí tenéis algo de beber y ese polvo azulado de la mesa ya podéis imaginaros lo que es- dijo en voz algo más baja mientras señalaba un enorme frigorífico transparente que descansaba junto a unos sofás algo viejos, que chocaban con la tecnología que los envolvía.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">El techo se encontraba más arriba de lo normal, como si aquella habitación antaño hubiese sido un almacén. De él colgaban a distintas alturas una docena de lámparas de diversas formas y tamaños. A pesar de los numerosos neones, lo que más luz otorgaba al backestage del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Laser del Infierno</i> eran las pantallas diseminadas por todo el lugar. En uno de los monitores podía ver al característico Axel Alltaf, de la setenta y tres, ofreciendo las noticias locales con su peculiar cinismo y falta de sentimientos. Sus reportajes sobre las guerras de bandas de los barrios más conflictivos así como su despreocupada moral a la hora de mostrar las imágenes más violentas lo habían posicionado a él y a su cadena en una de las más vistas de toda la ciudad. En el resto de las gigantescas pantallas; algunas de ellas llegaban a ocupar gran parte de la pared; emitían anuncios de diversa índole: de comida, de bioimplantes de última generación, de sistemas de defensa para el hogar, incluso se ofertaban escuadrones de mercenarios especializados en seguridad corporativa. En la única pantalla libre de anuncios y explosiones se podía ver una imagen del local en la que se distinguía con toda claridad el amplio escenario y la pista que comenzaba a llenarse.</span><br />
<div style="text-align: center;">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">***</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Ahora sea sincero ¿de qué tratan sus canciones?<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¿Mis canciones? Si le digo la verdad hay ocasiones en las que ni yo mismo lo sé. Nos encontramos en un mundo extraño, inmersos en una era extraña, donde todo pasa tan rápido y donde todos son tan hostiles… que en ocasiones pienso que las palabras pierden su significado de un día para otro…- dejó que su ensayado y profundo discurso calase en la periodista mientras se preparaba para el colofón final –Por otro lado, me miro y digo: “eh, tú sabes lo que está mal ahí fuera, dedícate a contar lo que sabes”. Esta sociedad está perdida, podrida incluso. Tan solo ofrezco un poco de luz zigzagueante sobre unos cuerpos aplastados por las ironías de este presente. Mis canciones les ofrecen una porción de ira, de sentimientos malentendidos… sentimientos que necesitamos ahora más que nunca pues el futuro no existe para ninguno de nosotros. <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;">Se recostó en el sillón y dejó que su cuerpo se amoldase al sintético tejido mientras la chica hacía sus anotaciones en su placa de datos. Una sonrisa cruzaba la cara del músico, convencido de que acababa de darle a esa entrevista el confuso mensaje que mañana comentarían fascinados cientos de fans admirando su retorica. Una sonrisa que se borró en cuanto escuchó la siguiente pregunta.</span></i><br />
<div style="text-align: center;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;">***</span></i></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Johnny lo condujo a un lugar más apartado, a una pequeña habitación con las paredes cubiertas de pinturas brillantes y psicodélicas que vibraban como si intentaran marear a quien las mirase durante largo rato. Aparte de un par de sillones más sofisticados que los de la espaciosa sala contigua y un terminal con varios conectores, la habitación carecía de muebles.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¡Bravo Johnny!- celebró antes de girarse para mirarlo -Tengo que reconocer que a pesar de ser un antro, has sabido devolverle a este lugar un poco de glamur.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Bueno, ya me conoces… -contestó el manager antes de que ambos terminaran riendo suavemente.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Bien, pues tú dirás -dijo al fin el cantante sabedor de que su manager tenía que decirle algo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Verás tengo tres cosas que tienes que saber antes de que empiece el concierto. La primera es que he traído a unas chicas para que os animen un poco... ya me entiendes, en estos precisos instantes ya deben de estar aquí.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Discordia miró a través de la puerta que permanecía entreabierta y pudo observar como Repulsión Plástica empinaba una lata de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">trans</i> junto con una monada rubia que reía junto a él. A su lado unos cuantos hombres transportaban las partes de la batería procurando no molestar. Discordia Sintética se alegró más que nunca de que Pink, su chica, no estuviese allí.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-La otra… -continuó el agente mientras el cantante movía la cabeza de un lado para otro como si todo aquello no pudiese ser de otro modo. –verás, hay una corporación, la Fundación SPER, que ha derribado dos bloques de viviendas a las afueras de este distrito. Sería muy conveniente para el grupo que dijeses algo al respecto.</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">El cantante volvió a la conversación y asintió mientras se frotaba la barbilla.<o:p></o:p></span></div>
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Un movimiento de solidaridad con todos esos desgraciados a los que les han dejado en la calle…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Sí, suponiendo que eran bloques modelo <i style="mso-bidi-font-style: normal;">colmena B-7</i> de unas cuatro mil viviendas cada uno es muy probable que entre el público haya más de un afectado. El distrito diez es un pozo de miserias y desgracias, por lo que el apoyarles y denunciar sus abusos siempre genera beneficios.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Vamos Johnny, sabes de sobra que me encantan los beneficios pero no quiero hacer el gilipollas pareciendo tan superficial.- protestó el otro dejando ver los agujeros de la propuesta.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-No es superficial. La causa es justa además de que el derribo de esos bloques no era legal…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¿Desde cuándo le importa a alguien en esta puta ciudad lo que es legal y lo que no?- preguntó Discordia con aire de consternación más para sí mismo que para su manager.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Esa es una buena actitud,<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> Psychodelia Discordia</i> siempre se ha caracterizado por decir aquello que la gente necesita oír, por eso sois vosotros los que tocáis aquí. Por eso esta noche toda esa gente gritará tu nombre hasta que sus gargantas se quiebren. -Johnny alzó un puño y lo apretó con fuerza como si pudiese aplastar sus últimas palabras. Su tono de voz, por lo común poco entusiasta dejó entrever energía y confianza.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Lo cierto es que visto así, tengo que darte la razón, lo que le han hecho a esa gente no está nada bien. Además… será conveniente para el grupo -expresó con cierto desdén como si esa nueva ocurrencia fuera fruto de un sentimiento pragmático natural en él. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¡Ja! Joder, claro que sí. Mira… lo único que tienes que hacer es entenderlos, tu consigue que esa gente transforme su impotencia en rabia, su miedo en odio y mañana tendremos mil seguidores más. Ese es tu trabajo, el mío es conseguir que todo esto siga moviéndose al ritmo que necesitamos; yo consigo las putas y las drogas y tú los aplausos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Tienes una forma de verlo verdaderamente retorcida maldito demonio. –dijo el músico con una mirada cómplice que provocó en su interlocutor una carcajada.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Johnny era como un cerdo enamorado del dinero, manipulador y avaricioso, pero el cantante tenía que reconocer que hacía muy bien su trabajo, lo cual, le beneficiaba. A fin y al cabo necesitaba estar en la cima para poder transmitir su mensaje, su música, su rabia y su venganza hacia aquel mundo.</span><br />
<div style="text-align: center;">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">***</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¿Qué ha dicho? -Discordia Sintética procuró que no se notase que aquella pregunta lo había pillado por sorpresa.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Ss... Si. Le preguntaba que si tiene pensado responder o hacer algún tipo de comentario respecto a las declaraciones que la señorita Anastasia Dómine, más conocida como “le cri belle” o la musa del alarido, hizo sobre usted el pasado sábado en el festival de “Biosock-GoreCity fest”.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Por favor señorita… -dijo el cantante despreocupadamente, procurando no alterarse y con intención de ganar tiempo mientras pensaba qué decir.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;">-April, señor -respondió la otra con rapidez y precisión.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Señorita April… -se corrigió el rockero mientras pasaba un brazo por el respaldo del sillón mostrando tranquilidad.- creía que el canal trece era un canal serio y no uno de esos que hacen caso de los chismorreos y rumores.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Pero la señorita Anastasia dijo textualmente que se había muerto el músico equivocado en Psychodelia Discordia. ¿Tienen algo que ver estas duras palabras con el supuesto romance y su correspondiente ruptura problemática entre ustedes hace años?<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;">Discordia Sintética no cabía en sí de rabia. Habían llegado a sus oídos aquellas palabras que con tanto veneno había escupido aquella bella víbora. Antes de que el odio y el desprecio se apoderaran de su mente se apresuró a contestar con la mayor diligencia de la que fue capaz.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Esas declaraciones estuvieron fuera de lugar pero no son más que simples palabras. -dijo en tono amable intentado restarle importancia al asunto -Si, Anastasia y yo somos viejos amigos pero nuestros caminos se separaron hace tiempo - ¿viejos amigos? Se preguntó a sí mismo mientras mentía. Maldijo su surte y el día en que había conocido a la que fue su novia hacía ya dos años.- Esta algo trastornada… olvídalo.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Dicen que muchas de sus canciones están dedicadas a ella.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;">Discordia no podía creer que aquella entrevista se le estuviese escapando de las manos con tanta rapidez. La señorita April estaba resultando ser un verdadero incordio, junto en un momento en el que tendría que estar emborrachándose con el resto del grupo.</span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: center;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;">***</span></i></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Bueno pues si ya has terminado creo que iré a ver si me hago con un par de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">trans</i> antes de que Repulsión Plastica se las acabe… -le dijo al manager mientras salía por la puerta.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Lo cierto es que si hay una cosa más que necesito que hagas- dijo con su habitual y tranquila voz haciendo que el cantante suspirara y se diera la vuelta con gesto de cansancio. –El canal trece quiere hacerte una entrevista, la reportera está esperando.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Discordia volvió a mirar a través de la puerta y se fijó en una joven que se encontraba al otro lado de la habitación procurando pasar desapercibida.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Pues no está nada mal. -mencionó algo más animado. Se quitó el chaleco y lo dejó sobre uno de los sofás a la vez que tomaba asiento en el otro. –Cuanto antes empecemos antes terminaremos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Muy bien, le diré que pase. Yo ahora me tengo que ir pero dejaré a Jacob con vosotros por si lo necesitáis.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"> El músico recordó a Jacob tras unos segundos. Era uno de los guardaespaldas de confianza de Johnny. Vestía tan bien como el manager y pero al contrario que éste. Las palabras no eran su fuerte, sino la fuerza bruta y la defensa.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: center;">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">***</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><i>-¡Salimos en cinco minutos! -gritó </i><i>Meggor desde el otro lado de la puerta.</i><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Bueno señorita April, lamento que la entrevista acabe así pero el deber es el deber…- escupió el cantante a tiempo que se levantaba agradeciendo la peculiar casualidad que le impediría continuar esa amarga entrevista. –La invito a que se quede y se tome algo y… disfrute del concierto.<o:p></o:p></span></i></div>
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<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></i></div>
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<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¡Suerte!- logró decir la periodista imitando el tono de voz de una necia. <o:p></o:p></span></i></div>
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<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;">Al quedarse sola en el pequeño cuarto reservado ojeó su placa de datos con aburrimiento. Al cabo de unos segundos se dispuso ha hacer una llamada. Su trabajo acababa de empezar.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: center;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: white;">***</span></i></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Ya se oían los gritos y conforme avanzaban por el corto y oscuro pasillo los miembros del grupo podían distinguir con más claridad las luces del escenario. La avalancha de alaridos de los cientos de fans se había activado de pronto ante la inminente salida al escenario de sus recientes idolos. Todos estaban allí deseosos de esos riffs y esas letras que les había tocado por dentro y amenazaba con apresarles en una vorágine de pesado <i style="mso-bidi-font-style: normal;">cibermetal procrónico</i>.<o:p></o:p></span></div>
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Todos menos unos pocos, más atentos en sus gatillos que en el show.<o:p></o:p></span></div>
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Miguel B.http://www.blogger.com/profile/05024519619424504106noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4764547583771800755.post-48818131751986855102010-12-15T16:24:00.000-08:002012-09-05T06:48:14.242-07:00Capítulo 7: Preparados para el show I<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">El ritmo de batería continuaba repitiéndose una y otra vez, marcándole el camino al poderoso riff que aplastaba todo cuanto se podía imaginar. Justo en el momento en el que los samples daban paso a un clímax musical llegaba el estribillo. Su rasgada voz cruzaba el aire de la habitación como un cuchillo y el mensaje tomaba forma junto con los profundos bajos de aquella canción. Estaba sonando verdaderamente bien, definitivamente “muere, puta, muere” era el mejor tema que hubiese compuesto y escuchado en su vida. Esa canción no te hacía viajar a tierras lejanas, ni te transformaba en un soñador, esa canción te destrozaba por dentro y convertía tus órganos y tu espíritu en un pura maquinaria, en un tren de doscientas toneladas surcando un mundo repleto de escoria y desechos. <o:p></o:p></span></div>
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">El final estridente y caótico se diluía en una maraña de samples y un ritmo de batería frenético. Un final ruidoso tras el cual solo quedaba el silencio.<o:p></o:p></span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"> Al terminar, Discordia Sintética alzó la mano para dar por buena la grabación a Meggor, que se encontraba al otro lado del cristal con la mesa de mezclas. En breves se pondría manos a la obra para retocar los detalles y arreglar el hit para ponerlo a punto.<o:p></o:p></span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¡De puta madre tío!- celebró Repulsión Plástica mientras reía.<o:p></o:p></span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-La verdad es que ha estado bastante bien.- reconoció Discordia Sintética mientras recorría el estudio con la mirada.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Habían pasado toda la noche preparando el concierto y ultimando algunos temas para ofrecer algo nuevo y contundente, y aunque debían estar cansados la música parecía haberles llenado de energía. Castigo Corporal, el nuevo batería, abrió una lata de <i>Trans </i>y se apresuró a darle un largo trago. Era casi tan adicto a las drogas como su predecesor, al que habían encontrado muerto hacía apenas un mes. Una mala combinación de <i>cortex </i>y <i>rekriferina</i> habían conducido al desafortunado batería a lo que sin duda había sido una muerte lenta y horrible. Aunque el difunto había estado con ellos desde el principio Discordia tenía que admitir que había sido un golpe de suerte ya que nunca cayó bien.<o:p></o:p></span></div>
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"> Ahora en cabio todo era muy distinto, pues con este decadente joven poco hablador, con el pelo en punta y los brazos repletos de <i>microleds subcutáneos</i>, quedaba atrás esa mala reputación y la mayor parte de la atención recaía en Discordia Sintética. Ahora no habría quien los parase.<o:p></o:p></span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Bueno pues con esto hemos acabado, solo cabe esperar que nos lluevan las putas y el éxito. ¿No es así Discordia?- preguntó Repulsión Plástica mientras se habría otra lata y se acomodaba en uno de los sofás con el bajo aun colgado de su metalizado hombro artificial.<o:p></o:p></span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">El cantante sonrió asintiendo mientras dejaba en el suelo la guitarra y salía de la insonorizada habitación para ir al cuarto contiguo. Meggor y su ayudante trabajaban en sus monitores eliminando los ligeros defectos del ruido y remasterizando la grabación para que la canción estuviese apunto antes de que saliese el sol.<o:p></o:p></span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Mañana por la noche ya se la sabrán de memoria y la pedirán en el concierto.- Dijo una voz desde el otro lado de la habitación. Era Johnny, el manager y coproductor de <i>Psychodelia Discordia.</i> El reckero se acercó para estrecharle la mano. Se entendía especialmente bien con aquel trajeado y repeinado tipo. Él había sido quien los había llamado tras verlos tocar en un local ante no más de medio centenar de personas y les había ofrecido pertenecer a la discográfica. Tenía un don especial para sacar el máximo partido de las cualidades de los demás, al igual que Discordia Sintética.<o:p></o:p></span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¿Cómo van los preparativos Johnny?<o:p></o:p></span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Pues bastante bien, vengo de una reunión en la que hemos preparado el calendario del próximo mes de la discográfica y déjame que te diga que si lo de mañana sale bien, <i>Psychodelia Discordia</i> tiene muchas posibilidades de convertirse en uno de los grupos predilectos de nuestra... familia.- su voz cargada de confianza y sus ojos extremadamente claros eran su sello de identidad. Siempre que el cantante lo miraba pensaba en lo caros que debían ser esos ojos.<o:p></o:p></span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Creía que ya éramos el predilecto.- dijo amagando una sonrisa<o:p></o:p></span></div>
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Para mí lo sois, y lo sabes.- dijo el manager mientras le devolvía una amplia sonrisa y dirigía su atención a las pantallas del estudio. Pareció estudiar la pista aunque el cantante sabía que las canciones no le preocupaban, él sabía que estaban bien. Tras una pausa añadió- antes se tardaba una eternidad en grabar, retocar y remasterizar pero ahora es tan fácil…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Discordia Sintética desvió su atención del trajeado hombre de negocios y observó a través del cristal al resto de los componentes de <i>Psychodelia Discordia. </i>Repulsión, el bajista, estaba pateando un bafle viejo mientras el otro ya iba por su segunda <i>trans.<o:p></o:p></i></span></div>
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<i><span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Por cierto Johnny, necesito unos cuantos eurodólares, algo le pasó a la puerta de mi apartamento la otra noche, seguro que puedes cargarlo a la cuenta de la discográfica...<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Veré que puedo hacer, pero por lo pronto te puedes quedar aquí, sabes de sobra que hay habitaciones reservadas para los músicos.<o:p></o:p></span></div>
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Ya lo sé, pero me gusta tener mi espacio… ya me entiendes- argumentó Discordia alzando los brazos despreocupadamente y apoyándose en la pared.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Por cierto, ha venido una chica preguntando por ti, dice que es tu novia.- Dijo Johnny tras unos segundos de silencio en los que no apartó la mirada del trabajo de Meggor, el cual estaba conectado mediante una clavija en su muñeca y se deslizaba por la grabación digitalizada a gran velocidad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¿Mi novia… estaba cabreada?- preguntó el rockero quitándose gafas y dejándolas caer colgando de su cuello.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Tras ver el divertido rostro de su manager asintiendo, el cantante expulsó todo el aire de sus pulmones recordando en ese momento lo cansado que estaba. Tras encogerse de hombros dijo: Bueno, en ese caso creo que tengo que bajar a ver si controlo a esa psicópata. De pronto se sentía agotado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-No está en el hall de la planta baja- le explicó Johnny mientras se acercaba a Discordia que estaba a punto de salir por la puerta.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¿Y donde coño está?- preguntó frustrado el músico.<o:p></o:p></span></div>
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Está en tu habitación, en la decimotercera planta, y juraría que alguien a dejado unas cuantas dosis de sintecoca en el cajón del escritorio- tras esta breve explicación le guiñó el ojo.<o:p></o:p></span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¿Enserio?-interrogó el otro mientras una gran sonrisa rodeada de piercings iba agrandando en su rostro.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Diviértete, descansa… mañana por la noche hay que darlo todo en el escenario.- tras esto el cantante le señaló con el dedo antes de irse. Johnny rió hasta que el cantante se marcho, luego se giró y volvió a observar las pantallas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¿Cómo va?- le preguntó a Meggor recobrando su tono serio.<o:p></o:p></span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-De puta madre, son la ostia.- escupió mientras tecleaba una serie de comandos. El técnico no era muy dado a las palabras pero era un profesional del sonido. Sobre todo del sonido que daba dinero.<o:p></o:p></span></div>
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Satisfecho el manager desvió su atención a los otros dos componentes del grupo, los cuales estaban bebiendo y riendo sentados en un sofá. Luego miró al ayudante de Meggor, le sonaba de vista pero no recordaba su nombre.<o:p></o:p></span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Tú, trame un trago.<o:p></o:p></span></div>
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">El largo pasillo no parecía acabar. Estaba adornado con imágenes de antiguas y actuales estrellas del rock y pequeñas pantallas con las que podías comunicarte con otras secciones del edificio. Discordia buscaba su habitación tarareando la canción que emitía el dispositivo de su oído. Es buena, pero puede hacerse mejor, yo podría haberla compuesto mejor, pensó. Al encontrar su habitación bajó el volumen con un ligero roce de sus pendientes. La puerta estaba abierta y al entrar encontró a Pink tumbada en la cama jugando con un terminal. Al verlo, esbozó una sonrisa, se levantó de un salto y corrió hasta caer en sus brazos. Tras besarlo apasionadamente preguntó: ¿Dónde coño te habías metido gilipollas?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">El músico alzó la mano como dando a entender que no estaba dispuesto a discutir. La observó y vio a la Pink de siempre, con su corto vestido negro, sus medias rotas y sus pesadas botas de un azul desgastado. Un oscuro maquillaje alrededor de los ojos realzaba los verdes de su mirada y las cadenas que iban de su nariz a la oreja le daban a su delicado rostro el toque perverso que escondía.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¿Es qué no me oyes joder?- volvió a preguntar Pink al ver que su novio se alejaba de ella. Le ponía histérica que le dieran la espalda.</span></div>
<div class="MsoNormal">
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</span></div>
<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Discordia Sintética en cambio se sentía bien. Estaba saboreando la vida que se le presentaba, cada vez mejor. Su filosofía le empujaba a creer que no cabía esperar un mañana y que el pasado solo era pura mierda, por lo que ahora era el momento de ver todo de lo que era capaz. Sin hacer caso de los gritos de su joven compañera, llegó hasta el escritorio. Pensó en la chica; le gustaba por su duro carácter con el que enmascaraba una personalidad dulce y agradable; el rockero sabía que pronto se callaría y pasarían el día retozando, durmiendo, comiendo y escuchando música.</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Después de todo…- pensó mientras abría los cajones y daba con lo que estaba buscando -…no estoy tan cansado.<o:p></o:p></span><br />
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Miguel B.http://www.blogger.com/profile/05024519619424504106noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4764547583771800755.post-19379447690604945122010-11-19T11:41:00.000-08:002012-09-05T06:48:40.291-07:00Capítulo 6: Coincidencias preliminares<div class="MsoNormal">
<i><span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¡Pero tenemos que ir a por él, no podemos abandonarlo con esos malnacidos!<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span class="Apple-style-span" style="color: white;">La infinita brisa marina se deslizaba entre aquel variopinto grupo y arrastraba el repulsivo olor a mar al que habían terminado acostumbrándose tan solo los más veteranos. El rustico embarcadero se mecía, resistiendo la violencia con que las olas lo aporreaban. El océano se extendía hasta donde alcanzaba la vista, mostrando un azul oscuro hasta el horizonte, donde un manto de grises nubes se apoderaba de todo lo demás. Unos barcos, encallados hacía décadas permanecían cerca de la costa, como gigantes dormidos. En aquellas ocasiones en las que el viento arremetía contra aquel mundo estéril, podía oírse el eco de éste al quedar atrapado en las oxidadas tripas de aquellos enormes barcos. ¿Qué hacían allí? ¿Qué pasó? A nadie le importaba.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span class="Apple-style-span" style="color: white;">El grupo, no más de nueve individuos, permanecían en silencio, pensativos sobre lo que hacer a continuación. Apenas podía vérseles alguna parte del cuerpo ya que lo ocultaban con ropas de tonalidades decadentes y desgastadas con el fin de protegerse de aquel cancerígeno sol. Sus caras cubiertas por pañuelos, gorros y pasamontañas no impedían intuir sus rostros serios ajenos a todo sentimiento. Sus rifles colgaban de sus hombros con pereza, como cansados de permanecer ahí. Lo que siempre le llamó la atención de aquellos hombres y mujeres a la joven, que permanecía de rodillas gimoteando, fue la increíble capacidad de adaptación que poseían. Una supervivencia de la que aquella chica se había valido durante años para aprender todo cuanto sabía de la vida. <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Tenemos que volver…- repetía en un llanto mudo una y otra vez aquella pelirroja que no llegaba a los dieciocho años. Se había quitado las gafas que tanto le molestaban ahora. El dolor que sentía en su herida aun sangrante no era comparable con el que experimentaba en su interior por aquel desastre que amenazaba con lapidar su vida…<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Despertó de pronto, incorporando parte de su cuerpo al instante, como si el sueño fuera aun real y el dolor estuviese azotándola. Sintió un fuerte golpe en la cabeza al chocar con algo metálico.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¡Joder!- dijo para sí mientras se echaba las manos a la cabeza.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Salió del contenedor un tanto desorientada y ligeramente afectada por el sueño que acababa de tener. Tras unos segundos de intensa confusión repasó sus pertenencias. Se alarmó de pronto al recordar que iba desarmada y se puso a rebuscar en la basura su arma. A penas podía ordenar lo sucedido la noche anterior y la cabeza le dolía horrores, ¿<i>Sintecoca</i> en mal estado, demasiado alcohol <i>trans</i> o quizá un poco de ambas cosas? Qué más da, pensó. Esbozó una sonrisa cuando sus dedos se cerraron en torno a su rifle. Tras comprobar que tan solo disponía de un cargador se concentró en intentar recordar cómo había acabado allí. ¿Qué diablos había pasado y lo más importante, donde estaba Tuerca?</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Decidió esperar durante un rato en aquel frio y sucio callejón lo que le dio tiempo a recordar algunas escenas de la noche anterior. La impaciencia pronto se apoderó de Lenka, que por lo general detestaba quedarse de brazos cruzados; por lo que comenzó a caminar. Tras unos minutos callejeando en soledad por aquel laberinto de mugrientos callejones llegó a una concurrida calle de un solo sentido. Los vehículos pasaban sin cesar como si de un río metálico se tratase. No reconocía el lugar pero su apariencia era similar a lo que habían visto ella y Tuerca el día anterior; si bien las aceras eran bastante más estrechas a las de la avenida del <i>Dr. Geschöpf Philip,</i> el aspecto que presentaban los altos edificios era parecido. Mientras escondía el rifle bajo la sucia gabardina observó las gigantescas pantallas que exhibían un anuncio de un nuevo diseño de moto con conexiones interfaces. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">La gente apenas se detenía y pronto comenzó a verse empujada por aquellas personas que iban de un lado para otro. Se apresuró a pegarse a la pared dando por sentado que las aceras diurnas de GoreCity no eran para detenerse. No eran para gente sin un rumbo, todo lo contrario que por la noche.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Junto a ella, apoyado sobre las verjas de un local cerrado, había un tipo alto hablando por un pequeño y delgado micrófono que emergía de un diminuto dispositivo anclado sobre su oreja. Más allá, pudo ver a dos hombres discutiendo en la entrada de un puesto de comida, lo que la empujó a intentar recordar cuando había sido la última vez que había comido algo. Lo cierto era que tenía hambre por lo que examinó su crédito. Tan solo disponía de unos treinta <i>eurodólares. <o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Guardó el dinero con cuidado en el bolsillo de su falda vaquera e intentó quitarse el polvo de su gabardina mientras pensaba qué iba a hacer. El tipo de al lado<i> </i>terminó su conversación y el micrófono se replegó hacia el dispositivo, luego se marchó perdiéndose en la marea de gente que andaba con expresión desconfiada.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">No tenía teléfono, no tenía apenas dinero, y lo peor de todo: Tuerca había desaparecido. Tras recordar los disparos de la noche anterior y estudiar más atentamente su situación Lenka no pudo más que llegar a una conclusión. Estaba jodida, no sabía prácticamente nada de aquella ciudad y Steel y el reto se encontraban a kilómetros de distancia de allí.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Decidió pues, que lo más sensato sería buscar a Tuerca. ¿Dónde coño se habrá metido este maldito mecánico? se preguntó una y otra vez mientras examinaba con su <i>ciberóptico</i> a la multitud con la esperanza de distinguir el verde fluorescente del pelo sintético de su compañero.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Deambuló de aquí para allá sin saber exactamente qué hacer. Procuró no alejarse de las zonas concurridas pues un mal presentimiento comenzaba a calar en su espíritu aventurero. El hambre terminó atenazándola por lo que compró algo de comer en un pequeño puesto que daba a la calle. Se decantó por unas pequeñas bolas de un color verde apagado que crujían con cada mordisco. Siguió caminando procurando no llamar la atención hasta que se detuvo frente a una pantalla donde una mujer con una máscara de gas hablaba sobre la producción de una nueva serie de órganos artificiales. Mientras saboreaba aquel alimento inmundo Lenka imaginó cómo sería tener tanto dinero como para poder pagarse toda esa <i>cibertecnología </i>punta. Algún día lo tendría, no cabía duda. La imagen cambió y comenzó otro anuncio.</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Imágenes de fuego y chicas desnudas se intercalaban con otras de unos tipos tocando un rítmico <i>cibermetal cromático</i>. Esa noche había un concierto en un local llamado “Laser del Infierno” ubicado en aquel mismo distrito. El grupo parecía bueno y al parecer iría bastante gente. Lenka calló en la cuenta de que jamás encontraría a Tuerca en las calles pero quizá si el también la estaba buscando, iría allí. Si, había una posibilidad por muy remota que fuese de que saliera bien. En el peor de los casos se aseguraría una fiesta como la de la noche anterior, a fin de cuentas, tampoco había salido tan mal.</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">La mecánica pelirroja se perdió entre la multitud contoneando su cuerpo, ciertamente más tranquila y mucho más motivada que hacía unos minutos. Esa ciudad terminaría siendo suya.</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">***</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Se quedó observando el intermitente punto del fondo oscuro de la pantalla. <i>Bite</i> seguía sin responder cosa que no hacía más que provocar a la paciencia de la ingeniera. Había estado esperando los resultados de la investigación que le había encargado a aquel hacker durante demasiado tiempo. Por otra parte, tampoco había recibido la segunda parte del trabajo que había aceptado el día anterior lo que la desconcertaba. Tras examinar que efectivamente le habían ingresado la cantidad acordada en su cuenta no había vuelto a saber nada del misterioso encargo que por otra parte estaba incompleto. Todo aquello era exasperarte.</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Pasó el día y procuró mantenerse ocupada. En la oscura guarida de aquella japonesa tan solo se oía el débil sonido de diminutos componentes electrónicos y mecánicos chocando entre sí. Samishii soldaba con extremo cuidado las partes de aquel pequeño circuito intentando mantener la mente en blanco. Había decidido añadirles a sus pistolas automáticas un enlace para arma inteligente. Si todo iba bien en unos días podría conectarlas a las pequeñas clavijas de sus muñecas, interconectadas a su vez directamente con su sistema nervioso. La idea era emplear el potencial de las bioseñales de los nervios para ganar unas cuantas fracciones de segundo a la hora de disparar y ganar precisión puesto que también lo conectaría a una aplicación de puntería de su <i>ciberóptico</i>. Ella no era <i>Tecnomédico</i>, ni tampoco<i> bioingeniero</i> pero ese tipo de tareas podía desarrollarlas con unos mínimos conocimientos siempre y cuando no surgieran complicaciones, cosa que no deseaba porque si terminaba necesitando la ayuda de alguno de estos especialistas tendría que sobornarlo para que mantuviera la boca cerrada. Las armas inteligentes debían estar registradas y controladas lo que convertía aquella tarea en algo ilegal. “Ilegal…”, pensó. </span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">“El mundo entero es ilegal”.</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Algo llamó su atención sacándola de su concentración. La cámara dos; la que daba a la calle; estaba apagada. La esquina superior derecha destinada a mostrar la grisácea calle no transmitía señal. Exasperada decidió arreglar aquello antes de que la noche callera definitivamente sobre GoreCity.</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Observó la imagen que transmitían el resto de cámaras y vio que estaba despejado. Tras ajustarse la gabardina de cuero, comprobó una de sus armas y con cuidado seleccionó las herramientas necesarias que fue guardando en el cinturón. Abrió la puerta y apuntó al interior del húmedo pasillo. Nada. Quizá estuviese extremando la seguridad pero llevaba un día de perros y no deseaba ninguna sorpresa. Lo más probable era que se tratase de una avería rutinaria. </span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">En la calle hacía frío. El aire parecía denso y el olor nauseabundo a humo confirmaba la suciedad en el ambiente. Samishii sacó del bolsillo un pañuelo de color rojo oscuro y se lo ató alrededor de la cara de tal forma que ocultase la mirad inferior de ésta. En aquella zona de la ciudad, plagada de fábricas abandonadas, gigantescos almacenes y barrios pobres con poca densidad de población, no se preocupaban del aire que pudiese arrastrar el viento en un día como aquel.</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">La calle estaba desierta salvo por cuatro individuos que cargaban un camión a la entrada de un almacén, un coche de oscuros cristales aparcado al otro lado de la calle y un par de motos que descansaban con poco cuidado cerca de donde se encontraba ella. Algo no funcionaba como debía, usó su sistema amplificado de escucha para aplacar ese mal presentimiento que la invadía desde las primeras horas de la mañana. Tras asegurarse de que no corría peligro alguno le pegó una patada a una caja que estaba junto a los contenedores que tenía a su lado y se subió a ella. Desatornilló la rendija con rapidez y se puso manos a la obra. En el momento en el que iba a desarmar la pequeña cámara del interior del agujero de la pared un ruido cruzó la avenida. Samishii se volvió y vio una moto plateada con unas cruces rojas a los lados del chasis, el color de la sangre brillaba con fuerza a través de los neones y el motor rugía como una bestia mientras se acercaba aquella maquina que la joven ya había calificado hacía como un año de trasto sobrevalorado. Era la moto de Roy, el día mejoraba por momentos, pensó la joven.</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">La moto derrapó y se detuvo a unos escasos metros de donde se encontraba la chica. El tipo que la conducía se apresuró a quitarse el casco y exhibir una gran sonrisa. El casco había aplastado su peinado de pinchos, pero por lo demás, estaba exactamente igual que la última vez que lo había visto.</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Por lo que veo te has dado más prisa que yo en prepararte para nuestra cita.- dijo mientras se acomodaba en el asiento y apagaba el motor.</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">- Como puedes ver, estoy algo ocupada y créeme que el día que tu y yo tengamos una cita no estaré en la puerta esperándote - Contestó la ingeniera con voz cansada mientras sustraía la lente con cuidado.</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Ya bueno… pero teníamos una cita, no lo recuerdas Sami…</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-…No me llames así- le cortó la joven mientras exhalaba un suspiro.</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Está bien, está bien, “Sa-mi-shii”- recalcó la palabra con divertida impertinencia.- el concierto del que te hablé es esta noche y te dije que vendría a buscarte. Además, piensa que…</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¿Cuántas veces tengo que decirte que no?- dijo más para sí misma que para Roy. Tras sacar la lente y examinar el pequeño receptor descubrió que uno de los cables estaba suelto. Los cables no se sueltan así como así, pensó mientras volvía a atornillar la rendija y bajaba de la caja ante la mirada del joven pandillero, que continuaba hablándole.</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-…y para colmo la mierda de aire este,- inspiró con fuerza como si le amase aquello que entraba en sus pulmones- bonito pañuelo, juraría que te lo regalé yo.</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Mientras los ojos de color cambiante de Roy la observaban esperando una reacción ante sus provocaciones echó un vistazo a su alrededor una vez más. Calló en la cuenta de que el coche negro de oscuros cristales no lo había visto antes. En ese momento se abrieron las puertas del vehículo y salieron de él dos hombres trajeados. El rostro de uno de ellos era férreo y frio y el del otro quedaba oculto bajo un sombrero de piel. Se quedaron apoyados en el coche, como esperando a que hiciese algo. Samishii sabía que no era una buena señal y barajó las posibilidades rápidamente. Parecía que habían estado esperándola y su instinto de decía que no serían amables. ¿Quién era esa gente y cómo sabían que vivía allí? Cabía la posibilidad de que no estuviesen aquí por ella pero en ese momento no le parecía así. </span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Por un momento estuvo tentada a dispararles pero no le pareció el tipo de gente que va desarmada y además no sabía si había más en algún otro lado de la calle. Había cerrado su refugio y activado todos los dispositivos de seguridad, sin ella nadie podría entrar allí con facilidad por lo que podía irse y ver de verdad si la seguían o no. Era una opción más sutil que la de desenfundar el arma y liarse a tiros en mitad de la calle. Roy seguía hablando sin percatarse de lo que estaba ocurriendo.</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Roy creo que es tu día de suerte, iré contigo a ese estúpido concierto.- dijo sin quitar la vista de aquellos hombres.</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Se subió a la moto aferrándose fuertemente al chasis y esperó a que el chico arrancara la moto. Los hombres comenzaron a andar hacia ellos con paso firme pero justo en ese momento comenzaron a moverse y en cuestión de unos segundos dejaban atrás la puerta de su refugio. La joven se volvió y pudo ver como los hombres se quedaban en mitad de la calle mirándolos y luego se dirigían hacia su coche. La parte buena de todo aquello era que su refugio, tu taller, su hogar, estaba a salvo de momento, la parte mala es que estaba claro que había alguien tras ella.</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Se volvió y procuró protegerse del viento tras la ancha espalda de Roy en la que notaba el bulto de su pesada pistola, una KR7 que ella había modificado por unos cientos de <i>europavos </i>hacía ya casi un año. Esa había sido la primera vez que había visto al pandillero y no había dejado de incordiarla desde entonces. </span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¿Y a donde vamos si puede saberse?- preguntó gritando la japonesa de mirada desconfiada. Detalle que el tatuaje y los pendientes diseminados por su rostro no hacían más que acentuar.</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-A un local nuevo, el dueño es un conocido mío- esperó unos segundos para adelantar unos cuantos vehículos y luego añadió -El resto del comando GEN esta allí.</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">El comando GEN, estupendo. La banda de Roy, una panda de gilipollas significativamente peligrosos con demasiado tiempo libre.</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¿Entiendo… y supongo que el grupo toca un <i>cibermetal</i> de la ostia verdad?- preguntó con un grito cargado de cinismo.</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¡Claro que si Sami, son la puta ostia!</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¡No me llames así pedazo de mierda!- Samishii golpeó con fuerza la espalda del joven.</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Está bien, lo siento. Ya veras, el Laser del Infierno te va a encantar.</span></div>
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Miguel B.http://www.blogger.com/profile/05024519619424504106noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-4764547583771800755.post-55924953929900903112010-10-10T10:13:00.000-07:002012-09-05T06:48:53.041-07:00Capítulo 5: Ambiente confuso<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¿Pero cómo que se ha ido hace un rato?- preguntó frustrado. Los oscuros cristales de las gafas que llevaba adheridas al rostro impedían apreciar su mirada de consternación y aburrimiento.</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¡Pues eso joder! hará como una hora que cogió y se fue con los mierdas de sus amigos…</span></div>
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-…Vale, vale Sucio.- se pasó la lengua por los labios pensando en que hacer a continuación.- si vuelve dile…- tras estudiar atentamente al personaje que tenía delante desvió la mirada y decidió mandar toda aquella historia a la mierda.- dile que me he ido y que tengo cosas que hacer.</span></div>
<div class="MsoNormal">
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Tanto Discordia Sintética como Repulsión Plástica se dieron media vuelta y salieron de aquel antro inmundo. Cuando salían a la polvorienta calle “El Sucio”, dueño del local, carraspeó su garganta y les dijo –Esta noche tocan aquí los </span><i><span class="Apple-style-span" style="color: white;">Desecho industrial</span></i><span class="Apple-style-span" style="color: white;">, si queréis pasaros…</span></div>
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Terminó la frase en solitario, puesto que los dos roqueros ya habían pasado por la cortina holográfica que comunicaba el local con un pequeño y sucio recibidor plagado de carteles luminosos donde por las noches se colocaban los porteros.</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">***</span></div>
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Corrían a gran velocidad empujando a la gente que deambulaba por la ancha acera. Las caras llenas de ojeras de aquella muchedumbre y sus miradas perdidas contrarrestaban con todo lo que los envolvía.</span></div>
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Steel nos va a matar.- balbuceó Tuerca mientras recobraba el aire con las manos apoyadas en las rodillas y el cuerpo doblado por la mitad.</span></div>
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Lenka giraba de un lado a otro maravillada con la encrucijada de calles en la que se encontraban. Letreros y pantallas enormes lucían sus luminosos mensajes ante el oscuro atardecer que ofrecía la polución. Gigantescas moles de hormigón, metal y cristal se alzaban rodeándolos. –Bien merece la pena amigo mío- fue cuanto pudo decir la joven pelirroja mientras observaba cada rincón de la avenida del </span><i><span class="Apple-style-span" style="color: white;">Dr. Geschöpf Philip</span></i><span class="Apple-style-span" style="color: white;">, bautizada con el nombre del creador de las aplicaciones bimetálicas en los </span><i><span class="Apple-style-span" style="color: white;">ciberimplantes</span></i><span class="Apple-style-span" style="color: white;"> de vertebra. </span></div>
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Los coches parecían no moverse, víctimas de un prolongado atasco que se perdía en la distancia, mientras que en las aceras la situación no era mucho mejor. Los dos forasteros se percataron por primera vez de lo densamente poblada que estaba aquella ciudad. Conforme habían ido aproximándose a aquella céntrica zona había empeorado. Habían dejado atrás un pequeño barrio de trabajadores y obreros, donde las aceras no estaban tan atestadas de gente. Allí, Steel les había mandado esperar a que volviese con la munición y las piezas que necesitaban y allí le habían dado esquinazo.</span></div>
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">En el cielo, entre las altas torres, se dejaba ver un zepelín, surcando el aire lentamente. No pudo resistir la tentación de usar el zoom de sus </span><i><span class="Apple-style-span" style="color: white;">ciberópticos</span></i><span class="Apple-style-span" style="color: white;"> y observar aquella gigantesca maquina dejando a su paso un pasillo entre la capa de nubes toxicas. Un grito la sacó de su ensimismamiento. Otra acera tan ancha como aquella en la que se encontraban pasaba a tres metros de altura sobre el primer piso de los rascacielos y podía observarse una corriente de personas que iban de un lado a otro. Allí se encontraba un tipo embutido en cuero, con una larga barba y unas escasas rastas de colores vivos; gritaba y se movía sin parar. ¡El día del juicio final se acerca!, repetía una y otra vez mientras ondeaba una pequeña pancarta de neones que sujetaba con ambas manos, y donde rezaba la frase: “El mañana no existe.” Los transeúntes lo ignoraban y Lenka no tardó en hacer lo mismo, distraída por unos puestos de comida que se encontraban a unos metros de ellos. Servían una especie de emparedados de forma rectangular y de un color marrón brillante. Junto a los puestos avanzaba media docena de jóvenes uniformados. Sus botas altas y sus ropas negras, con rayas naranjas y verdes les delataba como una banda. Por sus rostros surcaban cadenas que envolvían los toscos </span><i><span class="Apple-style-span" style="color: white;">ciberimplantes sensitivos</span></i><span class="Apple-style-span" style="color: white;"> que lucían en la cara. </span></div>
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">El día tocaba a su fin pero la vida metropolitana no cesaría. La masa se disponía a afrontar la noche de la mejor manera que pudiera. Alguien la empujó y al volverse pudo ver un par de ejecutivos corporativos flanqueados por media docena de tipos altos y musculosos, con </span><i><span class="Apple-style-span" style="color: white;">ciberópticos</span></i><span class="Apple-style-span" style="color: white;"> y caras serias.</span></div>
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Una gigantesca pantalla que abarcaba seis pisos cesó en su infinita emisión de anuncios de cibertecnología y comenzó a retrasmitir imágenes de lo que parecía un partido de un deporte que la mecánica no reconoció en un primer momento.</span></div>
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Aquella era sin duda, la ciudad más sorprendente en la que había estado Lenka en toda su vida. Recordó con dolor los años pasados en los puertos del sur con aquella banda de piratas y no pudo más que admitir que su vida había mejorado. </span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">No habían tenido ningún problema en las circunvalaciones y autovías de acceso a GoreCity. Estando acostumbrados como estaban a pagar a bandas o tener que defenderse de mafias violentas con motos con conexiones inteligentes había sido toda una sorpresa llegar sin ninguna incidencia hasta allí. Lenka empezaba a pensar que la reputación de GoreCity estaba más que sobrevalorada. Se encontraba más lejos del peligro que nunca y estaba convencida de que era su turno de disfrutar. </span></div>
<div class="MsoNormal">
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Continuaron deambulando de un lado a otro, admirando las infinitas posibilidades de la oscura y degradada GoreCity. Se detuvieron de pronto al escuchar una sirena y ver pasar, en una calle secundaria, un coche de policía a gran velocidad.</span></div>
<div class="MsoNormal">
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¿Haces algo esta noche?</span></div>
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Al notar una mano en su hombro el instinto de Lenka se antepuso a su cordialidad y se volvió de golpe apartando de un manotazo el brazo de aquella persona.</span></div>
<div class="MsoNormal">
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¡Tranquila, tranquila!- Decía mientras levantaba sus manos y sonreía amigablemente. Era joven, de no más de dieciocho años. Una cresta verde surcaba su cráneo rasurado. En el lado de la cabeza se le podía ver una entrada para conectarse vía interface. Unos negros pircings le cubrían la cara y un tatuaje vibraba en su cuello al hablar.</span></div>
<div class="MsoNormal">
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¿Se puede saber qué te pasa?- preguntó la chica mientras miraba divertida a Tuerca, el cual había echado mano a el arma que ocultaba bajo la chaqueta. –Joder niño, tienes suerte de seguir vivo.</span></div>
<div class="MsoNormal">
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">El aludido no pareció ofenderse. Se limitó a bajar las manos y recoger unos papeles que había tirado al suelo ante la reacción de aquellos peculiares personajes.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Tranquilos, solo quería invitaros a una fiesta.- Dijo mientras les ofrecía unos panfletos</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¿A una fiesta?- dijo Lenka intentando parecer interesada.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¡En </span><i><span class="Apple-style-span" style="color: white;">Degeneración Robótica</span></i><span class="Apple-style-span" style="color: white;">, el mejor garito de toda esta puta ciudad! Esta noche tocan los </span><i><span class="Apple-style-span" style="color: white;">Desecho industrial</span></i><span class="Apple-style-span" style="color: white;"> y créeme si te digo, que es el mejor rock procrónico y cromático de este milenio.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span> </div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Lenka permaneció unos segundos pensativa estudiando el panfleto.- ¿Tu irás?- dejó escapar una sonrisa mientras el joven asentía con entusiasmo.- Entonces puede que nos acerquemos. ¿Porqué no le explicas a mi amigo como llegar hasta alli?</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;"> ***</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-No deberías jugar así con la gente, el pobre se cree que hoy mojará.- El tono del mecánico parecía emular algún discurso moralista pero no lo conseguía del todo. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span> </div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Caminaban por las calles con cierto recelo, intentando llegar al Degeneración Robótica sin perderse. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Es guapo- dijo la chica distraídamente</span></div>
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Lenka por favor…- le replicó Tuerca. Lo que provocó la risa de su compañera.</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Ya deberías saber que mostrarse dócil e interesada hace que los demás terminen haciendo lo que tú quieres.- su sonrisa no desapareció de su cara durante un buen rato.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span> </div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Ni que lo digas niña. ¿Qué iba a estar haciendo yo aquí sino?</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;"> ***</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Los gritos encolerizados del cantante cruzaban el local cabalgando sobre unos riffs repetitivos y rápidos. La gente próxima al escenario se empujaba y saltaba. Movían sus cabezas como poseídos por aquel espíritu destructivo que promulgaba la letra de aquella canción. En las esquinas de aquel abarrotado lugar descansaban unas jaulas donde bailaban unas chicas completamente desnudas, recubiertas por una pintura fluorescente de diversos colores. Las luces parpadeaban sin parar lo que le permitía a Lenka ver intermitentemente a aquella juventud vestida con cuero, ropas sintéticas y estrafalarias perderse en los vicios de la noche. Llevaban más de tres horas allí y no recordaba cuantas cervezas </span><i><span class="Apple-style-span" style="color: white;">trans</span></i><span class="Apple-style-span" style="color: white;"> se había bebido. Tuerca había desaparecido y la joven tan solo se dedicaba a balancearse al ritmo de la música. Se dirigió hacia los aseos donde le pareció ver una cara conocida, al llegar vio al chico de la cresta de aquella tarde.</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¡Al final has venido!- dijo sorprendido.</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¿Tienes </span><i><span class="Apple-style-span" style="color: white;">sintecoca</span></i><span class="Apple-style-span" style="color: white;">?- balbuceó Lenka, que no podía hacer otra cosa que pensar en su siguiente paso hacia la autodestrucción. Era su forma de demostrarse que era libre.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Eso depende- dijo el chico mostrando los dientes. Lenka le preguntó lo evidente y el joven, nervioso, se apresuró a contestar.- de lo que tengas tú para mí.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Lenka aspiraba aquel polvo azulado mientras unas manos iban acariciando su cuerpo, colándose bajo su falda vaquera. Mientras saboreaba la sensación que la sustancia le regalaba, un fuerte ruido como el de un rayo sonó en la lejanía. Todo era una bola gigante de sonido y luces y deseó que no acabara pero unos gritos incesantes le hicieron ver que algo no funcionaba. Se ajustó la gabardina junto con el resto de su ropa y sin pararse a preocuparse por nadie salió de allí. La gente gritaba, lo que la confundió. La empujaban pero ella seguía avanzando. Se deslizó entre la gente, a la que oía como si se encontrasen al final de un túnel. En el escenario descansaba un cuerpo ensangrentado al que le faltaba parte de la cabeza. Intentó recordar si era el cantante pero pronto dejó de interesarle. Echó mano a su espalda y notó el seguro tacto de su rifle, lo que la tranquilizó. ¿Dónde se había metido ese maldito niñato y su droga? Tenía que volver a los aseos. Cuando se disponía a volver se dio cuenta de que lo que tenía que hacer era buscar a Tuerca. Se acercó a la salida, donde todo parecía más tranquilo. Los que estaban en aquella zona parecían haber aceptado ya aquella muerte y habían vuelto a su deseado consumo sin mucha más dilación. Permaneció allí unos segundos. A veces se le acercaban y le decían algo pero le importaba una mierda aquella gente. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">De pronto apareció Tuerca entre la muchedumbre y al verla tiró de su brazo apremiándola para que corriese hacia la salida.</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span> </div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¿Pero qué coño te pasa?- dijo la joven mientras su amigo desenfundaba su subfusil y apuntaba hacia su cara.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Antes de que la chica pudiese replicarle, su amigo disparó. Un tipo enorme, con una escopeta en la mano, se movió espasmódicamente a su espalda. Sus rodillas no cedieron precipitando su cuerpo hacia el suelo hasta que Tuerca no paró de llenarle el cuerpo de agujeros sangrantes. Sin entender nada Lenka no pudo más que correr junto a su amigo en medio de una marea de personas asustadas, indignadas, aburridas. Antes de abandonar el </span><i><span class="Apple-style-span" style="color: white;">Degeneración Robótica</span></i><span class="Apple-style-span" style="color: white;"> pudo oír el sonido metálico que hizo el </span><i><span class="Apple-style-span" style="color: white;">ciberbrazo</span></i><span class="Apple-style-span" style="color: white;"> del matón al caer al suelo.</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Tuerca tiraba de ella mientras se abría paso a empujones, arma en ristre. Cuando alcanzaron la calle comenzaron a correr alocadamente. La mecánica miraba de vez en cuando hacia atrás pero no parecía que nadie los siguiese.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¿Qué cojones has hecho? Le preguntó a su compañero aprovechando un respiro que le dio la </span><i><span class="Apple-style-span" style="color: white;">sintecoca</span></i><span class="Apple-style-span" style="color: white;"> a su conciencia.</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¡Corre!</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Lenka no pudo averiguar si su amigo estaba sangrando, pero no parecía herido ya que tiraba de ella como un maldito condenado. Se perdieron en callejuelas secundarias y pronto se vieron envueltos entre unas altas paredes de cemento donde solo se vislumbraba alguna que otra puerta que jamás se abría. Viejos contenedores de basura adornaban el sucio y oscuro callejón donde el ruido de la noche metropolitana se encontraba amortiguado.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¡Mierda, mierda! – repetía una y otra vez Tuerca mientras recargaba la ingram y miraba hacia los lados. Tras asegurarse e que estaban solos abrió uno de los contenedores y se metió dentro. Lenka lo imitó mientras reía entre dientes de lo ridículo de la situación.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Será mejor que nos escondamos aquí hasta que todo se tranquilice.</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span> </div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-No tengo ni idea de que ha pasado, pero no esperes conquistarme con esta mierda de cita.- le replicó la chica mientras dejaba a un lado el rifle y se acomodaba. Le pareció ver como reía su amigo antes de quedarse dormida.</span></div>
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Miguel B.http://www.blogger.com/profile/05024519619424504106noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-4764547583771800755.post-82747074687094969572010-09-01T17:05:00.000-07:002012-09-05T06:49:05.963-07:00Capítulo 4: Circuitos y calles II<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Podía sentir su repugnante aliento sobre su cara. Visto de cerca le pareció mucho más feo de lo que en un primer momento había esperado. La agarraba con fuerza por los hombros, clavándole sus ásperos dedos mientras la apretaba contra la pared. Samishii intentó calmarse y pensar en algo rápidamente. Una rápida vista a su alrededor le confirmó lo que ya había temido, estaban solos. Cabe esperar que ante una situación así que la presencia de alguien bien podría mejorar la situación, alguien podría haberla ayudado. No obstante la joven sabía, por experiencia, que la gente normalmente pasaba de largo al encontrarse con una escena como aquella. Nadie la ayudaría. Estaba sola, como siempre.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span> </div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Vamos pedazo de zorra, ya vas dándome todo lo que llevas…- dijo el tipo de los cuernos metálicos. Su cara estaba roja por la ira o quizá por los nervios, Samishii hubiera jurado incluso que estaba excitándose. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span> </div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Sus musculosos brazos la atenazaban con fuerza. Cosa con la que la joven japonesa poco podía competir con su poco peso. Se limitó a revolverse entre las manos de su asaltante y gimoteó nerviosamente. Déjame, dijo en un débil susurro. El delincuente supuso que temía que la violara o algo peor, detalle que lo envalentonó y excitó.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span> </div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Con el brazo izquierdo agarró el delgado cuello de su presa y pegó su cabeza con brusquedad a la mugrienta pared metálica. Observó los ojos llorosos de la joven mientras arqueaba la espalda por el dolor, haciendo que el cuerpo se abriese paso entre la gabardina dejando intuir su delicada y delgada figura tras el ajustado cuero negro. Un simple vistazo le bastó al hombre de los cuernos artificiales para convencerse de todo lo que le haría a aquella asustadiza chica.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span> </div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Estas de suerte, hoy vas a ver lo que es un verdadero tío…- abrió la boca ligeramente mientras los ojos de su presa se abrían de terror.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span> </div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Primera regla de GoreCity, zorra: los descuidados la pagan”.- Dijo mientras se relamía y apretaba aun más a Samishii contra la pared. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span> </div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Quizá en un primer momento había caído en el popular dicho dando por sentado que en esa situación el descuido pertenecía a la ingeniera pero la balanza es fácilmente reversible. Una chica no sobrevive sola en esa ciudad con tan solo un puñado de suerte y varios cientos de eurodólares, si sobrevive es porque sabe jugar sus cartas.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span> </div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Sss… sseg…- Consiguió vocabulizar mientras su cuello se cerraba y sus ojos, fijos en aquel desgraciado, se llenaban de lágrimas.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span> </div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Mientras tanto, la mano del brazo que había quedado libre se deslizó disimuladamente entre el cuero buscando su muslo, donde descansaba una pequeña pistola automática, más subfusil que pistola, más mortal que pequeña.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span> </div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¡Jaja, quieres suplicarme, ya me suplicaras luego!- Rió al mismo tiempo que acercaba otro tanto su cuerpo.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Un destello en los húmedos ojos de la joven hizo borrar la sonrisa de su cara. Ese era el momento de jugársela, era ahora o nunca, pensó Samishii mientras desenfundaba su arma rápidamente. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span> </div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">El asaltante abandonó el cuello de la chica e intentó desviar el ascenso del brazo de un manotazo. Pero una mala combinación de reflejos sumados a una buena ejecución de Samishii en sus movimientos le dieron la ventaja a esta última, la cual consiguió colocar el arma entre ellos dos y apretar el gatillo sin pararse a apuntar siquiera.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span> </div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">El arma rugió provocando un eco en todo el corredor. El desgraciado hombre calló de espaldas mientras un desmesurado chorro de roja sangre emergía de los agujeros que aquella pequeña pero potente bala le había creado al atravesarlo. Unas gotas mancharon el rostro y parte de la gabardina de Samishii, la cual no pudo más que echarse la mano al cuello y toser varias veces.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span> </div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Los gritos no cesaban. El tipo de los cuernos metálicos gimoteaba y gritaba intentando parar la hemorragia, reacio aun a aceptar el engaño que lo había conducido a estar babeando su propia vida. Se tapaba la herida que tenia bajo la clavícula izquierda con ambas manos mientras un charco de su propia sangre lo envolvía poco a poco.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span> </div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-See… segunda…- Samishii detuvo su charla para coger aire y tras unos instantes terminó – Segunda regla de GoreCity, gilipollas: todo el mundo lleva un arma.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span> </div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Dicho esto enfundó el subfusil y recogió sus gafas del suelo. Procurando no mirar a las cámaras de seguridad y subiéndose el cuello de su negra gabardina comenzó a caminar hacia la salida. Atrás dejaba a un hombre desangrándose. Sería mejor que se diera prisa antes de que la policía o algún agente de seguridad corporativo apareciese. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span> </div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">De los húmedos y oscuros túneles recubiertos de tuberías y cables que iban a todas partes pasó a una calle con un tráfico exacerbado, donde un débil sol daba cuentas de la hora. La gente iba de aquí para allá, procurando apurar el día hasta su último segundo. La acera estaba sucia, allá a donde mirase encontraba cristales y basura. Observó a las personas que pasaban junto a ella: unos iban ataviados con monos de trabajo, otros con trajes de extraño diseño… comenzó a caminar con premura, debían de ser casi las siete.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span> </div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">El </span><i><span class="Apple-style-span" style="color: white;">Residuo Mecánico</span></i><span class="Apple-style-span" style="color: white;"> era un antro oscuro y con un diseño peculiar. El suelo estaba compuesto por una serie de planchas agujereadas de hierro. Tanto la barra como las mesas emergían del suelo con unas escuetas curvas. Del techo colgaban piezas de mecanismos antiguos, ruedas dentadas y cadenas. Daba la sensación de que el local estuviera soldado al completo para conseguir una sola y única pieza. Con un tono a oxido que le daba un ligero encanto, aquel sitio era lo más parecido a un café del siglo pasado, elegido por hombres de negocios de la zona para hablar de asuntos economicos. Las paredes daban quizá el toque de luz que las lámparas que colgaban del techo no conseguían, estaban repletas de pantallas por las que se transmitían estadísticas empresariales, las noticias y dos docenas de anuncios a la vez. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Estaba vacío salvo por un par de hombres con traje sentados en una mesa apartada, un hombre y una mujer que reían por lo bajo mientras ultimaban sus copas en un extremo de la barra y el barman que parecía estar hecho del mismo material que su local ya que su calva cabeza estaba recubierta por una chapa de una aleación estándar, sin </span><i><span class="Apple-style-span" style="color: white;">realskin</span></i><span class="Apple-style-span" style="color: white;">. Desde donde ella estaba no podía verse pero sabía que aquel tipo lucía una </span><i><span class="Apple-style-span" style="color: white;">ciberpierna </span></i><span class="Apple-style-span" style="color: white;">que le hacía cojear. Era un modelo antiguo, desde luego, pagado hace años seguramente por alguna corporación en compensación a la pérdida de su miembro en alguna guerra en el culo del mundo. Al menos eso le había contado Bite, uno de sus contactos.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span> </div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Se acercó despacio hacia los dos hombres que permanecían en silencio dando pequeños sorbos a una bebida humeante y azul.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span> </div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Los observó mientras se abría paso entre las mesas. A primera vista lo más destacable era que sus trajes debían de ser caros, muy caros. Uno era rubio, peinado hacia atrás, con los ojos claros y unos anchos hombros, el otro ocultaba su rostro bajo la sombra de un sombrero de piel, pero su constitución lo delataba como el “ayudante” del otro.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span> </div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-La señorita Samishii, supongo.- dijo el rubio con una simpática y estudiada sonrisa.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span> </div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Tengo entendido que tienen un trabajo para mí.- Respondió sin más la joven, mientras se sentaba frente a aquellos extraños.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span> </div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Pues sí. Ha llegado a nuestros oídos información sobre usted. Por lo visto su trabajo es impecable, además de rápido…- Volvió a sonreír mientras extendía la mano hacia el otro hombre que no hacía otra cosa que mirar seriamente a la chica. -… mis socios y yo estaríamos interesados en que colaborase con uno de nuestros proyectos.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span> </div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¿Pero de que se trata exactamente?- la curiosidad de Samishii traicionó su, por lo general, frio comportamiento.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span> </div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Eso no lo sabrá del todo nunca. Verá, si acepta el trabajo, se le asignara una parte de un conjunto, obviamente orientado hacia su especialidad.- hizo una pausa como si quisiera crear tensión y prosiguió -Especialidad que deberá desarrollar en tres días.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span> </div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Tras unos segundos de silencio el hombre pareció darse cuenta de que no convencía tanto secretismo así que cambió de estrategia.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span> </div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Verá señorita Samishii, mis jefes desean máxima discreción, ya sabe que en el mundo de la cibertecnología la exclusividad y la innovación es lo que prima sobre todas las cosas. Por ello nos preocupamos de nuestros técnicos tanto como del resultado. Estoy autorizado a ofrecerle dos mil eurodólares que le serán transferidos a la cuenta que deseé en cuanto acepte el trabajo. Si después desea continuar con nosotros se le abonarían otros dos mil. Por supuesto no tiene ningún compromiso, no obstante déjeme que le diga que su reputación le precede y que nos sería de gran ayuda su colaboración.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span> </div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">¿Dos mil eurodólares por tres días de trabajo? Malditos ejecutivos y malditas corporaciones taradas. Pensó Samishii. Esa cantidad era la que ganaba en veinte días si le iba bien, definitivamente el asunto era turbio, pero si no se enteraba de que iba aquello, mejor para ella.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span> </div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Está bien, acepto.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span> </div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Muy bien.- La perfecta dentadura del tipo rubio se dejó ver una vez más en una sonrisa desquiciante. Sacó una tarjeta metálica del bolsillo de la chaqueta. –Aquí tiene el código exclusivo de activación con el que podrá tener acceso a la información que se le mandará. El trabajo está compuesto por tres módulos de diseño de hardware y determinadas aplicaciones. Conforme acabe los diseños deberá mandarlos reenviando el mensaje. Y como podrá imaginar, la confidencialidad ha de ser máxima. ¿Alguna pregunta?</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span> </div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span> </div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">***</span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span> </div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span> </div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">El </span><i><span class="Apple-style-span" style="color: white;">hologenerador</span></i><span class="Apple-style-span" style="color: white;"> proyectaba un dodecaedro perfecto a un palmo de la superficie. Giraba y brillaba dando una prorroga a la oscuridad de la habitación que tan solo se veía interrumpida por la irradiante luz de los monitores.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Tan pronto como había llegado se había puesto a trabajar en el primero de los módulos. Llevando buen cuidado de que no la siguiesen había rehecho el camino a casa sin incidencia alguna.</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Los planos de lo que parecía ser un ciberterminal se extendían ante ella abarcando varias pantallas a la vez. Un diseño muy elaborado, propio de </span><i><span class="Apple-style-span" style="color: white;">Sitec (</span></i><span class="Apple-style-span" style="color: white;">una corporación dedicada exclusivamente a</span><i><span class="Apple-style-span" style="color: white;"> ciberterminales</span></i><span class="Apple-style-span" style="color: white;">). Había tenido que rediseñar todo y añadir algunas cosas. Aunque no sabía exactamente qué era lo que estaba haciendo percibía una ligera idea. Cumpliendo escrupulosamente con las especificaciones, muchos circuitos había tenido que dejarlos a medio y otros tantos había comenzado a diseñarlos sobre una base que no entendía. Había tenido que desarrollar cientos de líneas de código para varias docenas de microcontroladores que debían desarrollar tareas ligeramente específicas, algo podría haber servido para elaborar un millar de aparatos electrónicos.</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Nada había parecido extremadamente difícil aunque la increíble extensión de todo el proyecto la había dejado exhausta. Tan solo le quedaba supervisar el diseño que tenía ante ella. </span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Aunque le asaltaba la feliz idea de poseer esos suculentos dos mil eurodólares no podía dejar de pensar en que aquello era demasiado raro. Estudió la plateada tarjeta, en la que podían distinguirse unas letras y su código de activación agujereados sobre la pulida superficie.</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">En el centro podía leerse la silueta de las iniciales S.H.A. Tras mucho meditar decidió investigar un poco a cerca de todo aquello. Tecleó una serie de números y letras rápidamente con su mano cableada y en una pantalla se abrió una pequeña ventana que controlaba una llamada segura y difícilmente rastreable. </span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Era tan tarde que casi era temprano, pero Bite estaría despierto. Los hackers como él jamás descansaban, jamás dormían.</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Samishii, está saliendo el sol. ¿Qué puedo hacer por mi “electrónica” favorita?- de fondo podía oírse el zumbido de los dedos golpeando el teclado sin descanso. -¿Por cierto, me has solucionado el problema de sobrecalentamiento de mi maquina del amor?</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Sabes que sí. Por eso ahora tienes que devolverme el favor.</span></div>
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Miguel B.http://www.blogger.com/profile/05024519619424504106noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4764547583771800755.post-86953566924904735362010-08-26T13:38:00.000-07:002012-09-05T06:49:18.911-07:00Capítulo 3: Circuitos y calles I<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">El piloto rojo de llamada parpadeaba sistemáticamente dando una ligera iluminación al oscuro entorno. </span><br />
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">La habitación no era muy grande. Al fondo, frente a la pesada puerta repleta de sistemas de seguridad se podían admirar unas enormes mesas repletas de herramientas y objetos metálicos que la mayoría de mortales no habían visto en su vida, más preocupados de sus quehaceres y vicios que del porqué de las cosas. Las paredes de ese lado estaban repletas de cables y herramientas de todos los tipos, colgadas en un nefasto intento de organización. Componentes de armas aparecían envueltos en un holocausto de cables y circuitos, material electrónico desguazado.</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<span class="Apple-style-span" style="color: white;">A un lado estaba lo que podría identificarse como dormitorio: un humilde colchón sobre un oxidado somier, debajo del cual dormitaba un perro grande y perezoso de un color gris ceniza, unas estanterías repleta de chips de información y mecanismos antiguos y el marco de una pequeña puerta que conducía a un minúsculo baño. En la cabecera de la cama, junto a las mesas del taller había un pequeño frigorífico. Justo en ese lado, pegado al techo, unas rendijas reforzadas, de no más de un palmo de alto, ofrecían una minúscula cantidad de luz del exterior haciendo intuir que a un metro de ellas se encontraba una calle, un distrito, una ciudad.</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">En el lado opuesto había más de media docena de video monitores dispuestos en torno a una gran mesa de acero, soldada a al suelo por el cual cruzaba un centenar de cables convirtiendo aquel refugio en una jungla de fibra óptica y cobre. El punto central de aquella monstruosa maquina era un ciberordenador, al cual podían vérsele todos los componentes manipulados un sinfín de veces. Dos monitores formaban parte del sistema de seguridad: uno pinchado a la cámara de la policía de la calle, retransmitía todo cuanto por ella pasaba y el otro al otro lado de la puerta, enfocando el oscuro y tétrico pasillo del sótano. En otros tres podían seguirse una serie de unos y ceros de un color azul intenso, bajando a toda prisa por la negra pantalla. El resto de monitores estaban entregados a la voluntad de quien estaba sentado frente a toda aquella basta tecnología.</span></div>
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Una pequeña chica, de ojos rasgados y pelo corto tecleaba con la mano derecha de la que podían verse salir unos cables desde atrás de los nudillos, mientras que con la otra seleccionaba opciones en la pantalla más próxima. Su cara era delicada, a pesar del tatuaje que ocupaba parte del cuello y mejilla y los pircings que habían ido incorporándose durante el transcurso de sus poco más de veinte años. Por otro lado la expresión de su rostro alejaba la delicadeza y auguraba una extrema desconfianza hacia todos y firmeza en sus actos.</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">De fondo, se podía oír una canción perteneciente a un grupo que ya no existía, disuelto hace una década. Los riffs eran rítmicos y pegadizos y las voces agudas y melódicas. La letra, a veces en japonés, otras veces en ingles antiguo, hablaba de viajes al interior de la mente humana, la soledad y el asesinato de lo amado. <span lang="EN-US" style="font-family: 'MS Gothic';">自殺の精神 </span>(Mente, o Alma, del suicidio), había sido una gran canción, desde luego que sí.</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Al levantarse para conectar una batería al <i>Hologenerador </i>en el que andaba trabajando, vio al fin el piloto que parpadeaba. En apenas unos segundos apagó la música y tecleó sobre uno de los diversos teclados que se disponían frente a ella y estudió la llamada. No podía rastrearla pero sabía quien era ya que se había molestado en identificarse. Aceptó la conferencia.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Buenas Samishii, creía que moriría esperando. ¿Eres de las que se hacen derogar eh?- su grave voz ligeramente robotizada y su tono insolente lo identificaban como Malcolm.</span></div>
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¿De qué se trata Mal?- Llevaba tiempo sin encargarle un trabajo y aunque fuese de esas personas que se andan por las ramas; odiaba a esas personas; normalmente solían ser trabajos sencillos bien pagados, como el ajuste de una docena de rifles inteligentes para aumentar la potencia o mejorar la conexión vía interface. Tareas mínimamente ilegales y altamente rentables.</span></div>
<div class="MsoNormal">
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¿Quieres que vaya al grano verdad?- tras esperar un par de segundos a una respuesta que no llegaba continuó- supongo que la gente no cambia… Verás, se han puesto en contacto conmigo cierta gente…</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¿Qué gente, para quién trabajan?</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-No lo sé Samishii. Ya sabes cómo son estos ejecutivos de las corporaciones. Siempre con secretos y enigmas…</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Lo siento, no me interesa</span></div>
<div class="MsoNormal">
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">- ¡No espera!, verás, están contratando a muchos, tienen un proyecto demasiado grande y necesitan de la ayuda de personas como tú. Créeme, ya he conseguido a uno cuantos y te diré que pagan bien.- su voz se volvió seductiva. El dinero ciertamente era algo que le interesaba a Samishii.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¿Cuánto?</span></div>
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</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Mucho más de lo que ganas con esos trabajitos de mierda. Quieren que te reúnas con ellos en el Residuo Mecánico a las 19:00. ¿Está en tu distrito no?</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Buen intento, pero te recuerdo que no sabes donde vivo, solo tienes una ligera idea.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Mal rió entre dientes admitiendo lo acertado que estaba aquella chica.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-En fin, supongo que te quedarás sin el ramo de flores. Piénsatelo y acude a la cita. Y no olvides mi porcentaje.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
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<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Tras esas últimas palabras, en un todo demasiado amistoso para el gusto de aquella ingeniera japonesa, la conversación se cortó.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Se quedó un rato mirando el <i>Hologenerador</i> que tan solo podía reproducir parte del cubo que había cargado. Tras un pequeño silencio pulsó una tecla y en todas las pantallas apareció la hora en números digitales. Eran las 17:28, si salía ahora llegaría a tiempo.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Pues vale. – dijo para sí al momento que se ajustaba el traje de cuero y las cartucheras de los muslos para las dos pistolas automáticas que la acompañaban siempre que salía de casa. Tras tirar de la cremallera de la larga gabardina de cuero negro y mirar de reojo a su mascota salió de casa activando todos los sistemas de seguridad que hacían de su escondite un lugar seguro.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Recorrió el corredor pasando frente a un par de almacenes y subiendo unas escaleras salió a la calle. El aire golpeaba con fuerza en aquella zona de la ciudad, olvidada por muchos. Al otro lado de la ancha calle se alzaba un edificio cinco veces más alto que del que acababa de salir. Junto a este un descampado lleno de basura se extendía un centenar de metros hasta toparse con otro alto edificio de hormigón y cristal.</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Tras diez minutos andando, en los cuales apenas se cruzó con gente llegó a la boca del metro. Junto a las escaleras que se hundían bajo el suelo se extendía una pequeña plaza, arropada por unos anchos edificios que permanecían abandonados desde que los habitantes de aquella zona podían recordar. La suciedad se encontraba adherida a la superficie de las estructuras, en las que de vez en cuando podía encontrarse algún que otro grafiti. Vivir en aquel lugar decadente y estéril tenía ciertas ventajas, pensó la chica, adoraba la independencia y el anonimato que no podría tener de otra manera.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">En el momento en que se disponía a bajar las escaleras alguien se le acercó sorprendentemente rápido. Ella acercó las manos a la cremallera de la gabardina mientras daba un paso atrás y se giraba para enfrentarse a la posible amenaza.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¡No me puedo creer que te haya pillado desprevenida!- Gritó entre risas un joven atlético echando mano a l antebrazo de Samishii.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Casi te mato pedazo de mierda- dijo enfadada Samishii mientras daba un fuerte tirón con el brazo para deshacerse del joven.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Era Roy, el único que turbaba la cotidiana existencia de la experta en Cibertecnología y Seguridad electrónica. Estaba algo cambiado desde la última vez que se habían visto: los laterales de la cabeza rapados al cero y el resto de pelo distribuido en ordenadas filas de pinchos no parecían quedarle del todo mal. Sus pupilas seguían cambiando cada pocos segundos de color y su vestimenta seguía siendo como siempre: unos pantalones desgastados, que acababan en unas grandes y pesadas botas en las que se veían fragmentos de cadenas y demás y un chaleco, posiblemente de kevlar que llevaba sin camiseta alguna, dejando ver parte de su torso. A Samishii no le hacía falta seguir mirando, sabía que en la espalda llevaba una pistola que ella misma había mejorado hacia un año. En las muñequeras de acero que lucía Roy podían verse clavijas de distintos tipos y una pequeña pantalla con un escueto teclado.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Precisamente iba a pasarme por tu casa un día de estos…- comenzó diciendo el pandillero mientras daba un poco de espacio a la chica</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Ya sabes que no me gusta que me molesten- cortó de pronto.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Que me dirías si quiero que vengas conmigo el sábado. Los chicos y yo iremos a un concierto y había pensado…</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-Estoy ocupada.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¡Vamos, no me vengas con lo mismo, seguro que te viene bien salir un poco!</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Samishii se dio la vuelta tras mirarlo de arriba abajo como si intentara adivinar si el pandillero hablaba enserio o no.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">-¡Pasaré a buscarte, esta vez no tienes escusa!- consiguió oír Samishii antes de que la tierra se la tragara y dejara atrás al molesto de Roy. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Su mente ya trabajaba en una forma de descartar su “fantástico” plan sin tener que apuntarle con un arma. Eso sería de lo más difícil.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">El metro rugía a su paso por el enrevesado sistema de túneles de GoreCity. La iluminación era más bien pobre, dejando unos ligeros parpadeos de vez en cuando. Una mujer comentaba los sucesos del día en una pantalla plana protegida tras una férrea verja en lo alto del vagón.</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Había poca gente, un par de jóvenes al fondo con cara de haberse metido demasiado <i>córtex</i> (una sintetización de un ácido que se administra mediante gotas en los ojos, o en caso de carecer de ellos, por vía intravenosa, no obstante, de esta manera sus efectos eran significativamente más contundentes provocando alteraciones en el sistema locomotor e imbuyendo al sujeto en un estado de euforia cerebral), un par de prostitutas más allá y un tipo grande que la miraba seriamente con un rostro estigmatizado por unos implantes de metal que se había añadido a la frente como si fueran pequeños cuernos. Hacía poco que se habían puesto de moda. Odiaba viajar en ese tipo de transporte ya que nunca sabías con quien podías encontrarte.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">El tipo se acercó y se paró frente a ella durante unos segundos. Samishii le aguantó la mirada y al poco él sonrió y pasó de largo, hacia el siguiente vagón.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Cuando el tren llegó a la parada de <i>Blue minds</i>, bajó y comenzó a caminar por el arcén. Las oscuras paredes repletas de cables y pantallas con spots publicitarios hacían que recordase su guarida. Entró en unos corredores y subió unas pequeñas escaleras. Al momento, su sistema amplificado de escucha (implantado junto al nervio auditivo mediante una intervención quirúrgica) captó unos pasos tras ella. Disimuladamente bajó la cremallera de su gabardina y giró una esquina. Fuese quien fuese, y quisiese lo que quisiese, ella estaría preparada. En unos segundos pudo oír débilmente como se acercaba alguien al otro lado de la esquina y como se detenía. Ella giró ligeramente la cabeza para intentar escuchar pero fue un error que lamentó al instante. Debería haber desenfundado el arma. El tipo que hace un minuto estaba mirándola fijamente la agarró de golpe por los brazos y la empujó contra la pared.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;"><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="color: white;">Su respiración se aceleró.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
Miguel B.http://www.blogger.com/profile/05024519619424504106noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-4764547583771800755.post-52370778986958845682010-08-23T12:55:00.000-07:002013-02-10T17:32:29.077-08:00Capítulo 2: Sexo, drogas & Cibermetal cromático<div class="MsoNormal">
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Se despertó de pronto, revolviéndose en el sofá con
un fuerte dolor de cabeza. Masticó y saboreó el rancio sabor a vomito de su
boca. Intentó erguir su cuerpo pero se sentía como si le hubiesen dado una
paliza. Tras varios intentos consiguió sentarse. Joder, como le picaba la nariz.
Se quitó las gafas estilo aviador que llevaba pegadas a la cara y miró a su
alrededor. «Vale», se encontraba en su casa, un pequeño apartamento de unos escasos
veinte metros cuadrados. Era incapaz de recordar cómo había llegado hasta allí,
pero a la vista estaba que en su afán por continuar la fiesta no se habían ido
a dormir al llegar. Docenas de latas de cerveza <i>trans</i> yacían esparcidas por doquier y en la mesa que había frente a
él se percibían los restos de <i>sintecoca</i>;
la mejora sintética de la cocaína del siglo pasado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">«Oh jodeer, que puta mierda».<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Un tipo que no había visto en un primer momento se
levantó del suelo rápidamente. Tan solo llevaba unos pantalones de pitillo y
sus características botas metálicas. Era Repulsión Plástica, su bajista. Su
inconfundible mala lengua, su pronunciada delgadez y su brazo artificial sin
recubrir de <i>realskin</i> lo delataban como
tal.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">—Joder tío, ayer… —decía mientras se rascaba la
cabeza con su metálica mano y paseaba la vista por la habitación—. ¿Y esa
zorra?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Discordia Sintética desvió los ojos de su compañero
para observar a una rubia despampanante que yacía inconsciente a un par de
metros de él.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">—Creo… que es la camarera de… —consiguió decir
antes de ser interrumpido por el bajista.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">—¡No jodas, pero si aún queda un poco! —escupió de
pronto antes de arrodillarse y ponerse a amontonar los restos que invadían la
mesa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Discordia se quedó mirando a su colega mientras
este preparaba una humilde ralla de ese polvo azul que tanto le gustaba. El
concierto de aquella noche había salido muy pero que muy bien. El nuevo batería
estaba resultando ser una buena adquisición. No pudo evitar imaginar lo que
vendría a continuación: <i>Psycholedic-Discordia</i>
estaba ganando seguidores a un ritmo exacerbado, y ya comenzaban a hablar de
ellos por todo GoreCity. No pararían, esto iba a ser una verdadera revolución.
Una estridente melodía lo sacó de sus pensamientos y lo devolvió a la vida
real. Era su móvil, el cual no podía andar muy lejos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Rebuscó entre el decrepito sofá, entre una maraña
de ropa y latas vacías y hasta dentreo del pequeño frigorífico. Cuando
consiguió encontrarlo vio que era Pink.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">—Dime, nena —dijo Discordia con voz aburrida.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">—¡Tú, se puede saber donde coño te metiste anoche,
maldito desgraciado!<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Discordia separó el móvil de su oído, molesto por
los gritos de su novia que no hacían más que empeorar su dolor de cabeza.
Repulsión Plástica lo miró divertido mientras se abría una lata y se acomodaba
pegando su espalda a la pared recubierta de cables que subían del suelo hasta
el techo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">La conversación terminó pronto y al acabar el
rockero tiró el móvil a la otra punta del apartamento.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">—Esa tía va a acabar contigo. No se puede ser tan
borde coño, sobre todo si la mitad de las veces se coloca con tu dinero.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">—Sus maneras dejan mucho que desear —Comenzó
explicando Discordia mientras se incorporaba, cogía una sabana que había en el
suelo y se acercaba a la rubia que dormía—. y su conversación es cual menos
peor. ¿Pero que puedes esperar de una chica de quince años? Además, le he
pillado cariño y créeme, cuando tiene sus drogas es la mar de agradable. Y
ahora ayúdame. Tenemos que irnos. —Se dispuso a tapar el desnudo cuerpo de la
mujer.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">—¿A dónde? —preguntó el bajista mientras tiraba la
lata de <i>trans</i> al suelo y se ponía manos a la obra.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">—Tenemos que ir a un puto local de mierda a recoger
a mi novia. Cállate y cógela de las piernas —dijo excusándose mientras hacía
como que no miraba a su compañero.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Una vez tapada y enrolladla delicadamente, ambos músicos
cargaron a la chica y salieron fuera del apartamento. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">—¿Joder tío, te has fijado en que anoche arrancamos
la cerradura? —dijo el bajista mientras reía entre dientes al pasar por la
puerta rota.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">—A la mierda –discordia se encogió de hombros y
siguió cargando con su parte.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Vivía en el apartamento número 2353 de un bloque ubicado
en la zona baja del distrito 9 de GoreCity. No era un agujereo de miseria como
podían ser los distritos 6 y 7 pero tampoco era un tranquilo barrio
corporativo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">El pasillo era frio y el hedor que desprendía era
repulsivo. Infinitas filas e cables y tubos cruzaban paredes y techo
perdiéndose en la telaraña enorme del complejo. Comenzaron a andar torpemente,
cargados con la chica que parecía inconsciente, un tubo de neón parpadeaba al
otro lado del corredor. Algunas puertas estaban abiertas dejando ver a sus
ocupantes, gente joven y trabajadores corporativos de fabricas y factorías en
su mayoría. Para una ciudad tan superpoblada como aquella, el tamaño de esos
apartamentos era aceptable.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Cuando llegaron a las escaleras apareció el
Gerente; un tipo odioso y gordo, con dos ciberópticos verdaderamente antiguos.
Siempre grasiento y cabreado, no era del gusto de Discordia, acostumbrado a
tratar con gente que le podía ser útil, o al menos entretenida.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">—Tú, Gómez… —dijo con su voz ronca, usando el
apellido original del rockero, como odiaba que hiciesen eso. No porque se
avergonzase de sus orígenes hispanos sino porque le rompía con su vida actual,
él ya se había preocupado de agenciarse un buen nombre para que lo usaran.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">—Oh tío, que bien te veo. ¿Qué tal estas, todo bien
por esas madrigueras? —le cortó el aludido sin dejar de cargar con la rubia que
comenzaba a pesarle.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Comenzaron a bajar las escaleras, dando patadas a
vidrios y demás basura que encontraban por el suelo. El gordo gerente fue
detrás de ellos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">—No me vengas con gilipolleces puto yonky, aun no
has pagado el mes y me vas a tener que explicar lo de la puta puerta y lo de…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">—Te lo juro colega, la puta esta, está empezando a
pesar demasiado —dejando los gritos del gerente de fondo Repulsión Plastica
siguió quejándose y riéndose hasta que llegaron al rellano de la planta baja.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">—… y estoy hasta los cojones de las fiestas que
montáis, el de alado de ti me dijo que la próxima vez te matará y luego yo
tendré que…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">—Tranquilo, hombre. Si quiere matarme que venga y
lo intente —reprochó Discordia restándole importancia a todo aquello. Luego se
volvió y vio a un vagabundo borracho sentado en las escaleras del rellano. En
la pared que había junto a él había un cartel de <i>Psycholedic-Discordia</i>. El rockero esbozó una sonrisa al reconocerse
en el cartel y ver su cresta de rastas verdes y rojas fabricadas a base de <i>tecnopelo.</i> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">—La dejamos aquí.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Se dio la vuelta y salió hacia la calle, dejando al
gerente maldiciendo por lo bajo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">«Mi amada GoreCity». <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">El humo salía despedido de las rendijas del suelo
que formaban parte del sistema de ventilación de las cinco plantas subterráneas
de pisos. Los coches pasaban a gran velocidad por la calle, la cual rebosaba
vida. La gente iba de aquí para allá portando paquetes y con expresión sombría.
El letrero luminoso de un puesto de comida que hacía esquina más allá hacía competencia a la irregular iluminación
de las calles del distrito 9. Unos gritos se dejaban oír débilmente, perdidos
en la maleza de hormigón que se alzaba ante ellos. Sórdidas estructuras que se
levantaban del suelo cuarenta y cincuenta pisos. Miró hacia arriba, el sol
apenas podía hacer llegar unos paupérrimos rayos de luz, la espesa capa de
polución que rodeaba la ciudad lo impedía. Se ajustó las gafas y observó los
puentes que unían los edificios de un lado al otro de la calle, estaban
abarrotados de personas con monos de trabajo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">—¿Dónde aparcaste? —preguntó al bajista mientras
Discordia iniciaba las opciones de las lentes inteligentes.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">—Demasiado cerca…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">Discordia Sintética desvió la atención hacia la
derecha y vio el coche de Repulsión Plástica subido en la acera, con un cartel,
que debía estar clavado en el suelo, sobre el capot, dejando escapar de vez en
cuando descargas eléctricas al aire. El rockero sonrió recordando la noche
anterior y con un ligero roce en los pendientes de su oreja derecha activó la
música que ahora resonaba en su cabeza mediante un pequeño transmisor que
profería pequeñas señales a milímetros del tímpano. Jamás en su vida se había
sentido tan bien como después de haberse dejado ese abultado puñado de
eurodólares para aquella operación.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: white;">—Yo conduzco.</span><o:p></o:p></div>
</div>
Miguel B.http://www.blogger.com/profile/05024519619424504106noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4764547583771800755.post-58373249029048434672010-08-22T19:45:00.000-07:002013-01-30T10:25:23.660-08:00Capítulo 1: Carretera<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal">
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">El ruido de los vehículos al cortar el aire seguía
penetrando por las ventanillas haciéndose notar por toda la cabina. Lenka ya ni
siquiera lo oía: había aprendido a ignorarlo, como ignoraba también todo el
polvo y la arena que levantaban a su paso las ruedas de los camiones y coches y
que había quedado de por vida adherido a su piel. Hasta los aerodeslizadores
levantan una inmensa cantidad de polvo a su paso, pensó la pelirroja mientras
bostezaba y apartaba la vista del desierto para observar a sus compañeros.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Steel conducía, siempre conducía, con su habitual expresión
de seriedad inalterable. Para quien no lo conociese, a primera vista le
parecería un peligroso motero, de los de antes, con olor a cuero y alcohol y
con un fuerte temperamento que iba a juego con sus rojos ojos ocultos siempre
tras unas gafas de lentes de espejo. Detrás, revueltos entre más de una docena
de petates, herramientas y cajas se encontraban “Tuerca” y Basile, ambos
durmiendo a pierna suelta. Al observar a Tuerca, a Lenka le fue imposible
pensar en otra cosa que no fuese en lo mal que le quedaba el pelo sintético que
se había injertado tan solo hace unos días en la mitad de la cabeza. El color
verde fluorescente no era su color, definitivamente no, pero a él le había
parecido genial que al agarrarlo, el cabello se volviese de un purpura cálido.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">–¿Cuánto queda?– a pesar de llevar dieciséis meses con aquel
grupo de nómadas, de parias de la carretera, Lenka no había podido
acostumbrarse a la vida en las autovías fantasma. El eterno viaje, le repetía
Steel siempre que la impertinente joven le preguntaba.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">–En unas horas habremos llegado a GoreCity– El pendiente de
su nariz se movía empujado por sus labios. Normalmente su incipiente barba
apenas dejaba ver la boca por la que pronunciaba siempre sus cortas y toscas
frases. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">A Lenka en un principio le pareció un tipo duro, frio y
horriblemente aburrido, pero con el tiempo había podido ver su lado más
agradable al ganarse su especial sentido del cariño que se basaba en darle una
paliza al baboso de turno y asegurarse de que conocía su cometido y que siempre
tuviera algo que hacer dentro de la familia. Todo eso siempre había levantado
los celos y las envidias del resto de chicas de la banda. Que se jodan esas
zorras, pensó Lenka.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Como bien había prometido su protector, llegaron a medio
día. Salieron del coche adormilados, ajustándose las gafas a la cara. El sol
azotaba con fuerza en el desértico paraje. A Lenka le habían jurado en más de
una ocasión que hubo un tiempo en que no era necesario protegerse los ojos sin
temor a quedarte ciego, pero en ese momento le costaba creerlo. Más allá de la
duna en la que se encontraban, a un centenar de pasos, se alzaban las ruinas de
un pequeño complejo industrial del siglo pasado, seguramente se quedarían allí.
Mientras una docena de camiones y más de medio centenar de coches, pequeñas
caravanas y motos iban de aquí para allá Lenka centró su vista un poco más
lejos. Oscura como la noche se alzaba imponente la que debía de ser GoreCity.
Es enorme, pensó la joven. Como si le hubiese leído el pensamiento Steel se
adelantó cargando una enorme garrafa de un líquido azul oscuro y se apresuró a
decir:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">–¿Impresionada? Claro que sí, jodida cría… Allí viven al
menos ochenta millones de personas, es un gigante rodeado de tierra y polvo. En
ella puedes encontrar prácticamente de todo, ya sabes... vicio y esas cosas.
Por lo que sé el tráfico de armas y equipos cibernéticos es casi una tradición
en GoreCity. Nos viene de perlas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Le encantaban las ciudades. Para la joven de veintitrés años
las metrópolis tan solo significaban una cosa: diversión. La observó
relamiéndose, ajustó su ciberóptico y amplió la imagen. Una capa de polución
cubría los altos edificios, los cuales se contaban a miles. Al escuchar el
ligero y casi imperceptible “clik” que profirió su ciberimplante recordó con
dolor los 800 pavos que le había costado. Aun vendiendo su ojo original aquello
había resultado caro. De todos modos eso pertenecía a un pasado mucho más
peligroso e intenso que su vida actual. A su lado Basile bostezó.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Mientras echaba una mano a Tuerca con el motor de un buggy,
el resto levantaba el asentamiento y su correspondiente perímetro de seguridad.
Refugiarse a las afueras de las ciudades podía resultar igual de mortal y
peligroso que viajar por las muertas carreteras de ese mundo hostil.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Steel los llamó gritando sus nombres. Tuerca se limpió la
grasa en los pantalones mientras Lenka se apresuraba a dejar las herramientas
que estaba usando con un suspiro. Le gustaba la mecánica pero las reparaciones
rutinarias la aburrían.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">–¿Qué quieres jefe?– dijo el chico burlonamente cuando
llegaron frente a Steel.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">–Darte de ostias de aquí a la casa de tu puta madre. ¿Te
parece?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">El mecánico asintió como si la idea le entusiasmase. Se le
veía pequeño frente a Steel.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">–A ver… Precursor quiere que vayamos a la ciudad para
comprar unos recambios y encargar un montón de munición. La mierda de la última
noche nos dejó casi sin balas. Del calibre 12 no nos queda ni una– Lenka
sonrió, había conseguido pegarle un tiro con su rifle a uno de aquellos
cabrones. –…Iremos nosotros y Fabio.
Salimos en una hora. ¿Ok?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">Asintieron y volvieron de camino al buggy, pensativos.
Tuerca cogió el soldador y se lo ajustó a los cables que sobresalían de su
muñeca con una expresión divertida. ¿A quién podía divertirle tener una batería
en el antebrazo? Sin lugar a dudas a un mecánico como aquél, el cual se había
arriesgado a perder el brazo por un capricho como ese. Era su estilo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">–¿Crees que nos dejaran pasar la noche allí?– preguntó
distraído mientras soldaba dos piezas del chasis<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">–Ni de coña. ¿Por cierto, tienes crédito?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">–Algo, puede que ciento cincuenta eurodólares, quizá más si
le pido al capullo de Ben lo que me debe. ¿Por qué quieres saberlo?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">–Porque esta noche, habrá que ver lo que se cuece en esa
ciudad maldita.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">–Drogas, putas, violencia… lo de siempre– al ver la sonrisa
que adornaba la cara de su amiga añadió –La última vez casi nos matan. Recuerda
a aquellos camellos…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">–Vamos, nenaza, siempre te lo pasas bien, además, esta vez
tenemos pasta– dejó escapar una sonrisa mientras le golpeaba en el hombro a su
compañero de fiestas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;">–Está bien, pero me cogeré la ingram por si acaso… y un par de cargadores.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
</div>
</div>
Miguel B.http://www.blogger.com/profile/05024519619424504106noreply@blogger.com6